Blackstone, uno de los fondos de inversión inmobiliario que más presencia posee en Madrid con miles de viviendas en propiedad, ha adquirido la empresa estadounidense Hologic, que recientemente salió vencedora en un proceso de licitación de la Comunidad de Madrid por el cual pasará a vender a esta región test de cáncer de cérvix que han recibido una puntuación notablemente inferior que los presentados por otras empresas. El fondo de inversión lleva a cabo esta operación aliándose con TPG Capital, radicada en Texas y que en 2022 se hizo con la cadena hotelera de Kike Sarasola. Así, ambas entidades se unen para proceder a la compra de la firma de productos de salud por más de 18.000 millones de dólares.

Hologic se dedica al desarrollo y fabricación de  productos de diagnóstico, sistemas de imágenes médicas y productos quirúrgicos para detectar, diagnosticar y tratar afecciones de salud, con un enfoque principal en la salud mamaria, ósea y ginecológica. Esta empresa ha sido adquirida por los fondos de inversión de Blackstone y TPG Capital en la que se ha convertido en la segunda mayor operación en el sector de dispositivos médicos en casi dos décadas.

A falta de ser aprobada por los reguladores, la compra de la empresa se llevará a cabo por 76 dólares en efectivo por cada acción en circulación de Hologic, lo que implica una prima de casi el 6% respecto al último precio de cierre de la acción.

Una operación que llama la atención por la relación que guardan ambos fondos de inversión con la ciudad de Madrid y por el hecho de que Hologic obtuviera una licitación del Gobierno autonómico a pesar de que su producto fuera el que obtuvo la calificación más baja.

TPG Capital, Sarasola y el misterio de un cumpleaños en Austin

Para la compra de Hologic por más de 18.000 millones de dólares, Blackstone se ha asociado con TPG Capital, fondo de inversión de Texas.

TPG Capital también posee relación con España y Madrid, aunque su cierta fama no procede por el mismo motivo que Blackstone. Concretamente, el fondo de inversión de Texas, donde Ayuso estuvo hace unos días de viaje como se pudo ver con su visita al Gran Premio de Fórmula 1 de Austin, fue nombrado en más de una ocasión en el 2022, año en el que adquiere junto a Westmont la firma Room Mate Hotels.

La alianza de ambos llevó a la compra de la cadena hotelera de Kike Sarasola, quien había roto relaciones empresariales con Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, que se convirtió en su socia al adquirir el 30% de las participaciones de la firma. Las pérdidas acumuladas durante años tensaron la situación entre ambos, lo que provocó la separación de ambos y que Sandra Ortega vendiera sus acciones.

La compra de Room Mate Hotels por parte de TPG Capital y Westmont se produjo poco tiempo después de que se produjera otra polémica, siendo esta la de la estancia de Isabel Díaz Ayuso en un apartahotel de la cadena.

En marzo de 2020, en plena pandemia de la COVID-19, la presidenta de la Comunidad de Madrid anunció su decisión de trasladarse a un apartahotel de lujo de la cadena Room Mate, en aquel momento propiedad de Kike Sarasola. En aquellos días, Ayuso aseguró que su vivienda era "demasiado pequeña", alegando que no reunía las condiciones necesarias para teletrabajar y gestionar la crisis sanitaria, y que, por ello, requería de un espacio más amplio para cumplir con sus funciones.

De esta manera, la presidenta pasó de una supuesta vivienda de reducidos metros cuadrados a instalarse en dos apartamentos unidos en pleno centro de Madrid, que contaba, además, con plaza de garaje y servicios incluidos. Según se pudo conocer, fue una contratación que se realizó por una tarifa reducida muy inferior a la del mercado, hecho que provocó surgieran preguntas sobre si estaba recibiendo un trato de favor por parte de esta firma hotelera. Una polémica que se intensificó cuando apareció, por error, una adjudicación pública a Room Mate en el portal de contratación regional. Aunque fue retirada de inmediato y tanto la Comunidad como la empresa negaron cualquier relación entre ambas cuestiones, el episodio dejó un poso de desconfianza. Ayuso acabó pagando la factura con recursos propios, pero la polémica marcó uno de los momentos más delicados de su mandato en plena emergencia sanitaria.

La Comunidad de Madrid otorga la licitación al peor test

Hologic ha copado recientemente titulares de prensa por salir vencedora de un proceso de licitación de la Comunidad de Madrid que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso abrió para proceder a la compra de tests de cáncer de cérvix.  El resultado resultaba sorpresivo, pues en las calificaciones técnicas obtuvo una nota de 15 sobre 30 en los criterios cualitativos, mientras que las otras cuatro empresas que se presentaron recibieron de mínima una puntuación de 20, llegando dos de ellas a 24.

La polémica saltaba al ser los propios expertos de la Consejería de Sanidad los que indicaban que el producto de Hologic no ofrece suficiente cantidad de información a la hora de realizar el cribado de este cáncer y que posee riesgo de toma incorrecta de la muestra si la recogida no la lleva a cabo un profesional, algo que parece sucederá pues se plantea que las tomas las hagan las propias pacientes.

A pesar de lo señalado, así como de haber recibido la puntuación más baja en el criterio técnico y cualitativo, el producto de Hologic se presentaba como el más barato de las cinco empresas que acudieron al proceso de licitación. Esto le hizo recibir una puntuación de 70 en el ámbito económico, ganando por un punto esta oferta pública de compra al obtener un total de 85 sobre 100 y quedar el producto de Abott, que sumó 22 en el apartado técnico, con 84.

El test que Hologic presentó a la licitación posee un precio de cuatro euros por unidad, la mitad de lo que la Comunidad de Madrid marcó que pagaría ocho cuando arrancó el proceso.

Blackstone llega a Madrid y comienza a presionar a los inquilinos

El fondo de inversión estadounidense es bien conocido en las grandes ciudades españolas, gozando, por ello, de gran protagonismo en Madrid por su relación con los inquilinos a través de subidas de precios del alquiler desmesuradas y jugar con amenazas de desahucio.

La llegada de Blackstone a la capital española se produjo poco después de la catástrofe financiera que provocó la crisis del 2008. Concretamente, en el 2013, adquirió a través de su filial Fidere una cartera de 1.860 viviendas de protección oficial a la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) del Ayuntamiento de Madrid, en aquel entonces liderado por Ana Botella. La operación no estuvo exenta de críticas, pues las ventas al fondo de inversión se llevaron a cabo con un precio inferior al del mercado. De esta manera, las 1.860 vivienda pasaron a ser propiedad de Blackstone por 128 millones de euros, lo que supone una media de 69 mil por vivienda.

De hecho, la Cámara de Cuentas de Madrid examinó el proceso y halló evidencias de mal uso de información privilegiada, falta de competencia y transparencia, y lo que expuso como importantes pérdidas para las finanzas de la capital en la venta de estos pisos de protección oficial.

A partir de ahí comenzaron los años en los que el fondo de inversión se volvió famoso por las denuncias de los inquilinos que habitaban las viviendas que adquirió debido a las amenazas de desahucios y las subidas “abusivas” del alquiler.

Con el paso de los años, Blackstone pasó a convertirse en la empresa con mayor número de propiedades en Madrid, superando los 13.000 inmuebles y hallando, por ejemplo, en sus cuentas anuales de 2022, entre sus filiales Testa y Fidere, ingresos de hasta 100 millones de euros en alquileres.

Ayuso apoya a los fondos de inversión y se niega a intervenir en la Vivienda

Durante estos años que Isabel Díaz Ayuso lleva al frente de la Comunidad de Madrid, la popular ha encontrado numerosas críticas en relación al mercado inmobiliario. Concretamente, el descontento ciudadano en la capital española se produce debido a un mercado cada vez más tensionado, con una oferta de vivienda que con gran dificultad logra satisfacer la demanda existente, y donde los precios vienen experimentando de forma constante una tendencia alcista.

A pesar de las demandas de los vecinos, que piden actuar sobre esta situación, la presidenta de la Comunidad de Madrid es señalada porque bajo su mandato el Gobierno regional ha mostrado una actitud favorable al gran capital inmobiliario y a fondos inversores como Blackstone, que ya tienen una presencia relevante en Madrid. Por ejemplo, Ayuso ha llegado a declarar públicamente en un evento vinculado al sector inmobiliario de este mismo año que “no vamos a intervenir el mercado de la vivienda, ni del alquiler ni de la venta… Vamos a defender la propiedad privada como un principio”.

De hecho, desde que el Gobierno de España aprobara en el 2023 la Ley de Vivienda, Ayuso se ha mantenido firme en que su Ejecutivo no siga muchas de las medidas planteadas en la normativa, como la declaración de zonas tensionadas o la limitación de los precios del alquiler. Es más, la Comunidad de Madrid llegaba a recurrir esta Ley ante el Tribunal Constitucional, si bien su reclamación no prosperó.

En el evento mencionado anteriormente, la presidenta madrileña llegaba a afirmar, también, que en Madrid no existe ningún problema con la vivienda a pesar de que los precios hayan subido casi un 17% solo desde diciembre de 2024.

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