A pesar de que la manifestación se celebró en medio de un puente, la Coordinadora 25-S, convocante del Rodea al Congreso de este sábado para dar un rotundo “no” a Mariano Rajoy, llenó las calles del centro de Madrid de manifestantes. El enfado con el hecho de que el PSOE se haya abstenido fue evidente y se tachó de “golpe de la mafia” el que Mariano Rajoy se quede como inquilino de La Moncloa.

Poco antes de las 17:30 horas, en la Plaza de Neptuno, en Madrid, de donde partió la marcha Rodea al Congreso, apenas había gente. La Policía Nacional, eso sí, ya había blindado el Congreso de los Diputados para que ninguno de los manifestantes pudiera acercarse a él. Poco a poco, la calle empezó a llenarse. Gente joven, incluso niños, se mezcló con gente mayor. Algunos hasta llevaron a sus mascotas. Los carteles que más se vieron fueron los que ponían: “El PP engaña, roba y amordaza” y “No a la mafia golpista”. Diego Cañamero, diputado de Unidos Podemos, se acercó hasta allí. “En el Congreso de los Diputados no entienden ni ponen rostro humano a los problemas de la gente”, lamentó.

La cabecera de la protesta salió rumbo hacia Sol con una gran pancarta en la que se leía “Ante el golpe de la mafia, democracia. Investidura ilegítima”, dejando claro lo que opinaban de la investidura de Mariano Rajoy. Ramón Walsh, portavoz de la Coordinadora 25-S, señaló que lo es porque “la mafia de Nóos le ha dicho a la mafia de los EREs que tiene que gobernar la mafia de la Gürtel”. Muchos de los presentes gritaban “manos arriba, esto es un atraco”, “Vergüenza me daría ser Susana Díaz”, “Este presidente es un delincuente” y “No nos representan”. ELPLURAL.COM recogió el testimonio de muchos de ellos y les preguntó la causa de decir “No” Mariano Rajoy.

Poco a poco, se fueron recorriendo las calles del centro. Había gente disfrazada, aprovechando la festividad de Halloween, de muertos. Unos señores mayores plasmaban su hastío con sendos carteles: “Avelino, salir de la tumba para ver esto: PPSOE”, “PSOE, PSOE, ¡Qué has hecho! Más Rajoy. No, no, no”. Un grupo ataviado con camisetas rosas ofrecieron con sus tambores “ritmos de resistencia”. Tampoco faltaron los famosos yayo-flautas. Los convocantes leyeron un comunicado. Tras él, un violinista y un guitarrista y un coro amenizaron la velada con canciones como Rebelión. Pidieron así una “democracia real”.

Sol estaba inundado de personas. Los organizadores calcularon que ahí había unos 100.000 asistentes. La Delegación del Gobierno los rebajó a 6.000. Desde los balcones, la imagen era apabullante. “El pueblo tiene derecho a protestar”, afirmaba desde uno de ellos una señora. No quería perderse todo aquello. Múltiples banderas republicanas ondeaban, una a una altura considerable. Poco a poco, fue pasando el tiempo. Ya había terminado la convocatoria oficial, pero muchos siguieron protestando, sin altercados, hasta cerca de las diez de la noche. El diputado Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, acudió y fue bastante aplaudido. De hecho, a los diputados de Podemos les concedía un “Sí nos representan”. A juicio de Garzón, la protesta era un “síntoma de salud democrática” y fruto “del malestar que ha generado este Gobierno, el anterior y el que sigue, que es el mismo en esencia”. Para él, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy “nace ya tocado”.

Hubo un grupo que se marchó a las inmediaciones del Congreso, para intentar protestar frente a él. Fue el momento de mayor tensión. Los antidisturbios se pusieron los cascos por si tenían que contener a los manifestantes. Hubo rumores de que la Policía podría cargar en cualquier momento, pero eso no llegó a suceder. Hubo cánticos contra los agentes de algunos de los que estaban allí. Cuando salieron varios diputados de Ciudadanos, algunos manifestantes tiraron objetos hacia ellos. Lo contrario sucedió cuando salieron diputados de Podemos, a los que aplaudieron. Poco a poco, se fue todo tranquilizando todo y antes de las 23:00 horas volvió el tráfico de coches a la zona.