Esta campaña electoral está marcada por los debates electorales. En cierta medida, todas los están, pero este nuevo ciclo, más corto y sin tantos mítines en el horizonte, queda muy sellado por los enfrentamientos cara a cara de los principales líderes políticos.

El viernes se enfrentaron los portavoces de los siete partidos con mayor representación cosechada el 28 de abril, este lunes lo harán los cinco candidatos a la presidencia de los partidos nacionales con representación previa y el jueves, para cerrar esta semana frenética, habrá un debate de mujeres en el que se enfrentarán María Jesús Montero (PSOE), Ana Pastor (PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos), Irene Montero (Unidas Podemos) y Rocío Monasterio (Vox).

A los debates se suman los últimos informes demoscópicos publicados. Las encuestas apuntan en una misma dirección: la extrema derecha podría superar la barrera de los 40 escaños y alzarse con la tercera posición, el PP queda cerca de los 100 y Ciudadanos, ante la subida de sus dos homólogos, experimentaría la caída más abrupta de la historia reciente de la formación.

Para frenar este revés electoral y el posterior movimiento de fichas en el tablero (los críticos llevan tiempo advirtiendo del motín que se produciría si la caída es insalvable), frenar la abstención es uno de los objetivos más importantes de los naranjas.

El Confidencial ha advertido de que la desazón política se acentúa sobremanera en el espacio del centro. Concretamente, solo el 56% de los antiguos votantes de Ciudadanos iría a las urnas con seguridad. Internamente confían en las aptitudes de su líder para paralizar este supuesto.

Los seguidores de la marca también caen en redes sociales.  Según el informe Elecciones 2019: partidos políticos, candidatos y redes sociales elaborado por Hadoq, los naranjas han perdido casi 4.000 feligreses en apenas dos meses.

La fuga se distribuye entre las redes sociales de Facebook y Twitter. En total, son 3.800 fieles que han dejado de seguir las cuentas de los de Albert Rivera.