El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, es la diana de la derecha mediática. Lo es desde la investidura de Alberto Núñez Feijóo y así lo ha recordado ante los micrófonos de la Cadena SER. El exalcalde de Valladolid recordó los editoriales de aquella jornada en el Congreso, además del acoso sufrido a una vivienda en la que no vive él, sino su hija pequeña, donde un periodista de El Mundo intentó entrevistarla. “Esto es lo que yo llevo viviendo desde aquel día. No me callo y respondo, no pongo la otra mejilla”, aseguró, al hilo del bulo lanzado desde el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de dos periodistas en su domicilio.

En un ambiente de plena crispación tanto dentro como fuera del Congreso de los Diputados, con el líder de la oposición igualando a  Óscar Puente con Miguel Ángel Rodríguez, el ministro relata sus vivencias desde que dio el salto a la primera línea de fuego en el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo. Para ello, leyó un artículo publicado por el jefe de opinión del diario El Mundo, Jorge Bustos, en sus páginas:

“Cuando Óscar Puente se levantó para ocupar la tribuna de oradores todo el mundo se sorprendió de que supiera caminar erguido. Su intervención gorilesca escapa a las capacidades intelectuales de un humilde cronista de letras: pertenece al dominio zoológico de Jane Goodall, y Jane Goodall no había venido. ¿Cómo se le ocurrió a Pedro Sánchez enviarlo en su nombre a responder a Feijóo? ¿Cómo podría no haberlo hecho? Nadie como Puente para encarnar la tonalidad moral y estética del sanchismo, ese engorilamiento progresivo de la política española que está a cuatro plenos de retroceder del pinganillo al hacha de sílex. Nadie como Puente -Zanja de soltero- para canalizar el odio al centroderecha, que es el único hilo que cose los tejidos de un Frankenstein más ortopédico que nunca”.

Puente deslizó que este párrafo de Jorge Bustos es “lo más suave que han escrito” sobre él desde que el PSOE le cedió el testigo de dar la réplica a Feijóo en la sesión de investidura. “De ganador a ganador”, dijo en su momento. Una coletilla que refleja lo que el ministro de Transporte hizo aquel día, que no es sino poner a los conservadores frente a su espejo. “Esto lo escribe el jefe de opinión de El Mundo, imagínense lo que han dicho de mí los pseudomedios de la órbita de la derecha”, aseguraba el exregidor vallisoletano.

Una estrategia de “acoso” y derribo que incluso contó con la visita de un periodista del citado medio a la casa donde vive su hija. “No lo digo yo, lo dijo él en su artículo”, apostilló Puente, quien asegura que su estilo no es “insultar, sino describir”.

“Esto es lo que yo llevo viviendo desde aquel día. Yo no me callo. Yo respondo y no pongo la otra mejilla. Yo no insulto, en contra de lo que sostengan. Yo no insulte a nadie aquella tarde. Me limito a describir”, relataba el ministro, al tiempo que explicaba que su speech en la tribuna de oradores no era sino un ejercicio para poner frente al “espejo” a la derecha. “El problema que tienen es la concepción de sí mismos, que dista de la realidad. Cuando alguien les pone frente a su espejo, creen que le están insultando y se ofenden”, remachó.

Sin embargo, Puente justifica que no era un insulto, sino el reflejo de “su realidad”. “Su imagen frente al espejo. A lo mejor están acostumbrados a mirarse en espejos que distorsionan esta realidad”.

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