Aunque le está costando mucho más de lo previsto, Alberto Núñez Feijóo trata de desvincular lo que será su liderazgo al frente del PP del pacto de gobierno con Vox firmado por Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León.

Sin embargo, es este un debate al que el gallego tendrá que enfrentarse tarde o temprano. Al todavía presidente de la Xunta de Galicia le va a costar mucho conservar la postura centrista fuera de las tierras de Breogán, con voces en su partido que aplauden abiertamente los acuerdos con la ultraderecha.

Además de Isabel Diaz Ayuso, hay muchos otros dentro de la formación que celebran el pacto con el partido de Santiago Abascal y lo consideran “natural”. Están en lo cierto, si tenemos en cuenta de dónde ha salido el grupo ultra, sino de las filas populares.

El último en pronunciarse al respecto ha sido el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Mario Garcés, que no solo se ha declarado "satisfecho" con el pacto, sino que ha lamentado que no se hiciera antes. 

"Yo estoy satisfecho, creo que había que haberlo hecho antes; creo que cuando en algún momento dudamos, en esta anterior etapa política que hemos pasado, de si podía haber un pacto con Vox en Castilla y León era perder el tiempo", ha dicho en una entrevista concedida al programa 'Parlamento' de RNE.

En este sentido, se ha mostrado convencido de que el nuevo ejecutivo será "un buen gobierno" y de que esa coalición será "positiva" en una comunidad que es "muy conservadora sociológicamente".

Garcés ha insistido en que había que haber naturalizado antes ese pacto con Vox y se ha jactado de haber logrado que los de Santiago Abascal hayan "entrado en la disciplina del Estado autonómico". "Bienvenido al autonomismo", ha celebrado. 

A su juicio, la decisión se ha tomado "responsablemente" y el PP ha conseguido "institucionalizar" a Vox y hacer que "poco a poco, vaya entrando en la normalidad del Estado autonómico". 

Por las palabras de Garcés, a Feijóo, si realmente quiere hacer otro tipo de oposición, le será bien difícil. Según este diputado los 'populares' no pueden "jugar al apaciguamiento sistemático de la oposición que pretende el PSOE". "Esa petición de arrimar el hombro es un ejercicio de anatomía que hacen los socialistas constantemente, pero la oposición es la oposición", ha recalcado. 

El tono ha de ser el que empleó el pasado miércoles la portavoz del Grupo Popular y coordinadora general del partido, Cuca Gamarra, cuando acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de escudarse en la guerra de Ucrania para justificar la inflación.

"Adoptamos el tono que teníamos que adoptar porque somos la alternativa de gobierno. Hemos vivido unas semanas convulsas, pero la posición tiene que ser siempre una oposición contundente en el fondo y, en la forma, cada uno podrá decidir lo que tenga que decidir", ha zanjado. 

¿Primeros cambios?

Pese a la intención de mostrar su cara más moderada, Alberto Núñez Feijóo ha comenzado ya ha dejar vislumbrar algunos cambios de guión. Sabe bien que la contundencia que mostró con la ultraderecha en Galicia, no le vale en otras tierras y prepara el terreno. 

"¿Por qué tengo que hablar de pactos con otros partidos si lo que quiero es un amplio pacto con los ciudadanos?, ¿Por qué tengo que hablar de establecer vetos si lo que me importa es conseguir votos?, Por qué tengo que elegir entre 'no es no' o el 'o conmigo o sin nadie'?", ha dicho durante un acto en Tenerife con militantes y simpatizantes junto al presidente del PP de Canarias, Manuel Domínguez, y el presidente insular, Emilio Navarro, para exponer su proyecto para el partido.

Pero una de cal y otra de arena. Además de preguntarse por qué tiene que decir con quien 'no', si de lo que se trata es de con quien 'sí', también ha hecho hincapié en que aspira a una política diferente inspirada en el ayer y pensada en el mañana.