Este sábado 14 de enero Izquierda Unida reúne a su Ejecutiva en lo que se espera que sea un cónclave que sirva de punto de partida para encarar un agitado año electoral. De aquí saldrán las cartas de navegación con las que pretenden cosechar un buen resultado en los comicios autonómicos y municipales que haga las veces de antesala para las generales. El coordinador federal, Alberto Garzón, como es habitual, expondrá su visión de la coyuntura con un informe político en el que enumera los ingredientes de la receta para ganar el pulso a las derechas y reeditar el Gobierno de coalición.

Según el borrador del informe de Garzón al que ha tenido acceso ElPlural.com, en 2023 el espacio progresista se juega mucho más que unas elecciones: “El resultado de las batallas que libraremos estos meses tendrá su eco durante toda la década”. Un riesgo real agravado por la “fascistización” de la derecha. Y no se trata únicamente de reeditar mandato y retrasar el regreso de la derecha a la Moncloa, sino de demostrar “la legitimidad gubernamental de la izquierda transformadora y las distintas expresiones de la España plurinacional”, al tiempo que se evitaría la “homologación completa de la extrema derecha en nuestro país”.

Para contener las pulsaciones ultras, Garzón apuesta por profundizar en el escudo social ya diseñado a lo largo de la legistlatura. “La conclusión después de tres años y dos estudios pormenorizados, es que el Gobierno de coalición está realizando una buena gestión que nada tiene que ver con la que realizaron el PSOE de Zapatero tras la crisis de 2008 y el PP de Rajoy tras 2011”, ha apuntado, matizando que además de todas esas medidas sociales que han aplacado la crisis devenida primero de la pandemia de Covid-19 y luego de la guerra en Ucrania, hay que fijarse un horizonte mucho más ambicioso: “Los avances sociales deben ir acompañados d aun horizonte transformados que ofrezca  un desafío en positivo, el inicio de una nueva etapa de mayores avances sociales y democráticos”. Según reza su documento, “no bastará con lo que se ha denominado ‘tecno-populismo’, esto es, una buena gestión con compromiso social, necesitamos generar una expectativa de futuro, un nuevo horizonte que interpele a los sectores sociales que hoy se encuentran políticamente huérfanos pero pueden sentirse atraídos por una propuesta asentada en tres ejes: solvencia institucional, compromiso social con la clase trabajadora y los sectores populares y perspectiva constituyente”.

En este sentido, solicita al PSOE un mayor grado de compromiso y valentía, pues lamenta que se entrada se opongan a medidas e iniciativas de tinte morado que, finalmente, acaban asumiendo como propias.

El nuevo horizonte y el diseño de un escudo social más corpulento ayudarían a cosechar un necesario resultado electoral positivo en mayo: “Necesitamos sacar un buen resultado, manteniendo todas las plazas de la izquierda transformado y evitando que la derecha se haga con nuevos territorios”. En consecuencia, ha hecho un llamamiento a la “activación completa de nuestra militancia” y “de todas nuestras asambleas locales”.

Organizar la unidad de la izquierda

Las citas electorales se aproximan inexorablemente y las piezas del espacio progresista comienzan a moverse. El proyecto político de Yolanda Díaz, Sumar, echó a andar el pasado verano con un pistoletazo de salida que inyectó ilusión, un impulso que dio lugar a una serie de reuniones de grupos sectoriales por todo el territorio donde se recogieron propuestas, debatieron y rebatieron. El programa va tomando forma y, aunque la ministra de Trabajo decidió que su retoño no está listo para las elecciones autonómicas y municipales de mayo, Unidas Podemos e Izquierda Unida piden que se apresure. Garzón apostará en la reunión de la Coordinadora por respaldar a Díaz. Eso sí, ha lanzado dos propuestas concretas que espera que la ministra de Trabajo absorba: crear una mesa de partidos para ultimar Sumar y primarias para configurar las listas.

Garzón apuesta por articular una Mesa de Organizaciones Políticas con representación de todas las fuerzas que quieran participar en el proceso de Sumar para, con los mimbres dispuestos durante estos meses, rematar la construcción del proyecto, que aspira a ser una suerte de paraguas que cobijaría a las formaciones y organizaciones progresistas.

Una vez encarrilada la unidad de la izquierda transformadora, Garzón entiende que las candidaturas habrían de confecciones tras unas primarias “proporcionales, con censo específico y por circunscripciones” ya que “es la mejor manera de generar un proceso de participación y refrendo popular”.

El líder de IU y ministro de Consumo felicitará a Sumar por un exitoso “proceso de escucha”. Cree, según su documento, que si bien ha detectado “deficiencias y errores”, se ha logrado “implicar a miles de personas que no estaban necesariamente vinculadas a organizaciones políticas”, e incluso, “algunas de ellas se sentían excluidas de las dinámicas de la política institucional y organizativa desde hacía tiempo y han visto en dicho proceso un estímulo novedoso”.

Precisamente, este jueves Yolanda Díaz presentó los primeros frutos del proceso de escucha. Unas ideas marco que disponen sus primeras propuestas, realizadas tras la puesta en común en las diversas reuniones. Así, Sanidad, Vivienda y una política laboral conciliable con la vida serán sus banderas. Garzón se congratula de que se trate de un programa político elaborado de forma colectiva y sustentado en los grupos de trabajo, donde IU ha tenido una presencia sobresaliente: “Debemos destacar el enorme trabajo de las redes de activistas de Izquierda Unida, que han organizado la participación en los diferentes grupos y han sido capaces de hegemonizar políticamente muchos de ellos, siempre gracias a la capacidad de trabajo, trasladando las propuestas de nuestro programa y acordando con muchas otras personas la política para construir un país mejor”, sostiene en el borrador.

El coordinador federal de IU valora muy positivamente los pasos dados hasta la fecha por Sumar, incidiendo especialmente en la capacidad para movilizar e implicar a la ciudadanía: “Escuchar es un principio de izquierdas que cobra un especial valor en un contexto de desafección política y democrática”. Su análisis no ha sido el único realizado desde el espacio de Unidas Podemos a lo largo de la semana. La ministra de Igualdad, Irene Montero, también se pronunció. A su juicio, el proceso de escucha debería terminar “cuanto antes” y las fuerzas debieran comenzar a negociar la construcción del proyecto; dejando claro, eso sí, que Podemos no tiene intención alguna de integrarse o diluirse en Sumar, sino que aspira a una alianza electoral.