El Partido Popular viró 180 grados con respecto a su postura sobre los derechos del colectivo LGTBI y, tras años de faltas de respeto tales como “anómalos”, “enfermos” o “deficientes”, el partido de Mariano Rajoy acudió de manera oficial a la manifestación del sábado en Madrid. El lunes previo al World Pride los organizadores de la manifestación llamaron al PP a fin de invitarles y que estos confirmaran su asistencia. La respuesta fue 'sí'. Sin embargo, la posición inicial no tuvo un recorrido a través de un camino de rosas, sino que toda la semana el PP mantuvo una tensión interna generada por la discusión de si debían acudir a la manifestación, según publica El Mundo.

La presencia oficial del partido suponía aceptar, de facto, un manifiesto que obliga al PP a apoyar la Ley de Igualdad LGTBI impulsada la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Un proyecto presentado por Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados a principios de mayo y que el PP no apoyará explícitamente, pero no frenará el debate, evitando oponerse de manera frontal.

Por este motivo, el PP mantuvo varias discusiones a lo largo de toda la semana. Una tensión que fue resuelta con la intervención del propio presidente del Gobierno Mariano Rajoy, quien sentenció que el Partido Popular estaría presente y en primera fila. Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas y Javier Maroto, vicesecretario Nacional de Política Social y Sectorial fueron los representantes populares.

El viraje de la vergüenza

Ana Botella, José María Aznar, Manuel Fraga e incluso el propio Mariano Rajoy pronunciaron algunas de las frases más bochornosas: “Anómalos, “deficientes, “enfermos”… Los tiempos cambian y el PP ha decidido adoptar una postura diferente.

El partido que otrora recurrió al Tribunal Constitucional por la ley de parejas homosexuales de José Luis Rodríguez Zapatero se ha visto obligado a aceptar la realidad.