Jaume Matas se sentó ayer en el banquillo, en el primer juicio por el caso Palma Arena, un amplio sumario con muchas vertientes separadas en 26 piezas, que tienen al exlíder del PP balear en el epicentro. El de ayer giró alrededor de la trama que urdió para pagar al hacedor de sus discursos institucionales: casi medio millón de euros abonados de manera presuntamente irregular a través de una empresa pantalla (Nimbus) y de subvenciones para potenciar dos medios de comunicación afines al PP (la Agencia Balear de Medios y la web Libertad Balear). Coincidiendo con el inicio del juicio también saltó a la luz su imputación en el caso Urdangarin.

El velódromo, el palacete y Urdangarin
El caso Matas saltó a los medios en 2008, al conocerse el sobrecoste del velódromo de Palma, presupuestado en 44 millones y que ya ha costado más de 100 millones. Luego se supo lo de su lujoso Palacete y el empleo de billetes de 500 euros por parte de la mujer del expresidente, proveniente supuestamente del pago de comisiones. Lo último en saberse han sido las millonarias adjudicaciones a dedo al duque de Palma, Iñaki Urdangarin.

La determinación de Matas
“Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume ha hecho en Baleares”. La frase tiene que haberle provocado más de una jaqueca a Rajoy, que se declaró “amigo” del expresidente balear en 2003. “Jaume Matas es un amigo”, afirmó antes de describirle como un político con “personalidad, coraje, determinación y valentía”. Determinación, sí, desde luego, porque no tuvo reparos en hacer lo necesario para forrarse a costa del dinero público. Sin embargo, Mariano Rajoy dijo de él que era “un brillante defensor de los intereses de Baleares”.

Rajoy puso la espalda donde antes había puesto la mano
Dos años después de que se destapara la presunta trama de corrupción de Matas en Baleares, en 2010, Rajoy dio un giro de 180 grados y dejó caer al vacío a su icono. Al aceptar su baja del partido, el actual jefe del Gobierno afirmó: “Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”. El “si puede” fue la frase más relevante de su afirmación.
Rajoy volvió a cometer el mismo error con Francisco Camps. Es verdad que era más rentable defender su inocencia que reconocer ante el electorado que una buena parte del partido nadaba en las turbias aguas de la corrupción y, especialmente, uno de sus bastiones, la Comunidad Valenciana.

"Detrás de ti, delante o al lado..."
“Extraordinario dirigente”, “honrado”, “en estado de indefensión”, fueron algunas de las palabras que el líder popular le dedicó a su buen amigo Camps. Eso sin contar su ya célebre frase, dedicada al expresidente valenciano: “Yo creo en ti. Y estaré detrás de ti, delante o al lado”. Curiosamente, también le ha tocado a Camps estar en el banquillo, coincidiendo con Matas en el tiempo, aunque en diferentes ubicaciones. ¿Y ahora, qué dice Rajoy, a buen resguardo en La Moncloa?