Este miércoles 1 de junio se cumple el cuarto aniversario de la moción de censura que expulsó al Gobierno de Mariano Rajoy de la Moncloa y aupó al actual presidente, Pedro Sánchez. Mucho ha llovido desde entonces. Tanto es así, que de los cuatro principales líderes de entonces, a saber, Rajoy del PP, Sánchez del PSOE, Albert Rivera de Ciudadanos y Pablo Iglesias de Unidas Podemos; únicamente ha resistido el socialista. Aquel día todo cambió para el PP. ¿Qué ha sido de su líder de entonces?

En los últimos meses Rajoy ha copado parte del foco mediático con motivo de la guerra fratricida que asolaba Génova con el pulso entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso y que se cobró la cabeza del primero, que fue sustituido por Alberto Núñez Feijóo. Rajoy participó de aquel Congreso en Sevilla e incluso pronunció un discurso. Sin embargo, actualmente se encuentra apartado de la vida política, pues al dejar Moncloa y dar un paso a un lado en su partido, regresó a su anterior empleo.

El expresidente es registrador de la propiedad y poco después de dejar el Gobierno retomó su labor en Santa Pola (Alicante). No obstante, no estuvo mucho tiempo allí, pues logró plaza en el registro mercantil número cinco de Madrid. Según el concurso ordinario de traslados de Registros de la Propiedad, Mercantiles e Inmuebles, Rajoy consiguió una plaza vacante en el registro mercantil número cinco de Madrid, ubicado en el número 44 del Paseo de la Castellana.

Precisamente, en ese mismo documento que publicaba la asignación de la plaza a Rajoy, aparecía también el de su hermana Mercedes Rajoy Brey, que al igual que él, es registradora y pasó de una oficina de Getafe a una de Madrid capital.

Se estima que el sueldo de Mariano Rajoy oscilaría entre los 3.000 y los 15.000 euros netos, aunque desde Izquierda Unida señalaron en su momento que el salario real se encuentra entre los 100.000 y el millón y medio de euros anuales.

Además de su trabajo diario, Rajoy publicó un nuevo libro titulado Política para adultos, donde reivindica los “valores de la madurez” y la política sería. Una obre en la que advierte de que “con sus mentiras, exageraciones, polarización y exceso de sentimentalismo” el populismo amenaza con “infantilizar a la opinión pública”.