Miguel Ángel Rodríguez quiere llevar a Isabel Díaz Ayuso a La Moncloa. Su estrategia de comunicación va en esa línea. La Comunidad de Madrid se está quedando pequeña para Ayuso, que cuenta con el apoyo no sólo de la ciudadanía, sino de una parte de su partido que ve cómo Alberto Núñez Feijóo se va desinflando conforme se acercan las Generales.

Hace ya unos años que Pep Guardiola definió a José Mourinho, que, por aquel entonces, trataba de cambiar el rumbo del mejor club de la historia en cuanto a títulos, el reto del portugués era el de resucitar a un Real Madrid alicaído. Pep dijo lo que dijo consciente de que Mourinho era una gota de agua capaz de traspasar el mármol inquebrantable. Ganaba partidos dentro y fuera del campo. El rectángulo de hierba se le quedaba pequeño.

Guardiola se expresó sobre Mourinho en aquella recordada rueda de prensa así: «La Champions de fuera del campo ya la ha ganado, se la regalo. En esta sala, él es el puto amo, el puto jefe. Es el tío más listo del mundo».

Ese día Guardiola reconoció que era imposible competir contra un animal anímico, un todoterreno, un estratega, un provocador. Y eso es, precisamente, lo que deberíamos decir todos los que nos dedicamos a esto de la Comunicación Política sobre Miguel Ángel Rodríguez. Un genio de este negocio, una fiera en lo comunicativo y en lo político, capaz de descender al mismísimo corazón de un volcán para apagarlo o para hacerlo rugir, ya no digo sin quemarse, digo que es capaz de salir de allí sin ni siquiera tiznarse.

Me descubro ante quien tiene la facultad de sacar de quicio a las personas como un día hizo Curro Romero en Las Ventas al negarse a matar un toro. Un espectador saltó al albero para agredirlo. Ante la Policía Nacional el exaltado reconoció que era ‘currista’ y que ese día el Faraón de Camas lo había vuelto loco. Rodríguez es el Curro de la comunicación, con la salvedad de que sus días malos, si los tiene, son mucho mejores que los de los demás.

Las grandes figuras tienen la capacidad de crear obras de arte. Curro Romero coleccionaba Puertas del Príncipe, Florentino Pérez, Champions Leagues y MÁR colecciona presidentes. Cada movimiento, cada puesta en escena, cada titular, cada palabra que sale de su mente, nos muestra que, tras la voladura controlada del PP, tras las acusaciones contra su pupila, MÁR solo había pulsado el botón de la pausa; pero al guion de su obra maestra le quedan menos de 200 días. Tras el 28 de mayo y la más que probable mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso vendrá la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso hayan conseguido el 48% de los electores y Feijóo no pase del 35% en las encuestas?

Hagan sus apuestas, pero les aseguro que MÁR es «el puto amo» de esto y que nada ni nadie lo va a parar. Su plan va como la seda. Que a nadie se le olvide que Ayuso y él, hace casi un año, tumbaron el aparato de un partido. Después de aquello firmaron un tratado de paz, pero pensar que el objetivo se les ha olvidado sería un error de párvulos. Dicen que quien se va a Sevilla perdió la silla, y el día que Feijóo, no tendría otra semana, cogió el avión destino a Sudamérica, le dejó las llaves del Cortijo a Lady Madrid, y no un día, sino todos los días para recordar a todos que la silla de la Moncloa le quedaría perfecta.

La dupla galáctica ha exprimido al máximo la semana en la que el clan gallego los ha dejado solos en casa, y han cogido la batuta para mostrarles a todos que ella sigue ahí, que Madrid sigue siendo España dentro de España. El culmen de eso ha sido como han ido, rompiendo fronteras, a La Sexta, el mismo día que iba el presidente del gobierno. En MÁR nada es casualidad. Y su obsesión es llevar a la primera mujer a La Moncloa.

Guardiola dijo también: «No quiero competir ni un instante. Sólo quiero recordarle que estuvimos juntos cuatro años en el Barcelona. Él me conoce, y yo le conozco». Pues eso, que ya nos conocemos.