En estos días se tramita en el Congreso de los Diputados la Ley más importante del año. La ley que cada año lleva el Gobierno a las Cortes Generales para su tramitación y, si procede, su aprobación y que no es otra que la Ley de Presupuestos Generales del Estado, en este caso para el año 2022.

El Gobierno de Pedro Sánchez, y por supuesto con todo el Partido Socialista detrás, tiene claro un objetivo, los Presupuestos Generales del Estado para el año 2022 deben ser las cuentas que afronten la recuperación económica tras la pandemia, y hacerlo además de forma justa, sin dejar a nadie atrás, priorizando a los jóvenes como los principales receptores de las políticas tras la constatación de que son el sector de población con mayor dificultad para afrontar el futuro.

Los más de 12.000 millones de euros que en distintas partidas como vivienda, becas, empleo, etc., se destinan a los jóvenes suponen una apuesta clara y decidida a que ellos y ellas, sobre todo quienes disponen de menos renta personal o familiar, puedan disponer tener la oportunidad de desarrollar su proyecto de vida. Una aspiración que es la de cualquier persona, y para el que la política debe servir de utilidad. Igual sucede con ese sector de población que ingresa cada mes una cantidad que no le permite alcanzar unas condiciones digas de vida, y de ahí los casi 4000 millones de euros destinados al Ingreso Mínimo Vital. O igualmente la partida destinada a políticas de dependencia que se incrementa más de un 3% o las pensiones con una subida similar. La mayor inversión social de la historia de España la trae el gobierno progresista de Pedro Sánchez con más de 240.000 millones de euros donde 6 de cada 10 euros se destinan directamente a gasto social.

Todas esas subidas revelan un detalle curioso y que no debe pasar inadvertido: cuando gobierna un socialista debatimos en los presupuestos cuanto se incrementan las partidas que benefician a los ciudadanos y cuando gobierna la derecha el debate es cuanto se recorta. Realmente sucede con otras leyes también, con un socialista en Moncloa la discusión es la magnitud a ampliar en derechos y libertades, cuando es un conservador, la discusión es cuanto se delimitan derechos y libertades.

Pero sigamos con los incrementos, y sobre todo con el objetivo de transformación de la realidad, pues nuestro país, y a la par, nuestra civilización debe afrontar también un inmenso reto como es el del cambio climático si queremos dejar a las siguientes generaciones un planeta habitable como el que ahora disfrutamos. Apuestas como la industrial por el vehículo eléctrico, por las energías renovables, o por nuevos corredores ferroviarios suman casi 2000 millones de euros, misma cantidad que el Gobierno va a destinar a ayudar a las pequeñas y medianas empresas a ganar fortaleza, o a las instalaciones de la tecnología 5G que supondrá un gran impulso tecnológico y económico para nuestro país y también para los ciudadanos y ciudadanas.

En definitiva unos presupuestos que tratan de atender tanto las urgencias sociales más acuciantes, como la planificación de un futuro que está próximo y que necesita de inversión pública para afrontarlo con garantías. Un gobierno que se ocupa y preocupa de lo urgente y de lo importante, del presente y del futuro, con la idea clara de qué sociedad quiere, una sociedad próspera pero con justicia social, con productividad pero sin dañar al planeta en el que vivirán nuestros hijos y nietos, unos presupuestos para una recuperación justa.

Ignacio López Cano es diputado por Málaga y presidente Comisión de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en Congreso de los Diputados