Carmen Gomis, presidenta de TÚpatria, la escisión ''moderada'' de Vox, ha hablado con ElPlural.com para analizar el inicio del nuevo curso político y las desavenencias con el que fuera su anterior partido político. 

Como ya hizo hace un año, ha destacado el ''autoritarismo'' de la formación de ultraderecha y nos ha explicado cuales fueron los "problemas con la dirección" que la hicieron salir. La falta de transparencia con los medios, el personalismo de Santiago Abascal, o las perspectivas de este nuevo movimiento son algunos de los asuntos sobre los que ha hablado.

PREGUNTA. ¿Cómo afrontáis desde TÚpatria el nuevo curso político? Sois nuevos pero ya tenéis cierta presencia en la política española

Llevamos muy poco. El año pasado en julio nos presentamos ante los medios de comunicación y la trayectoria es bastante buena. Estamos ya en 35 provincias, camino de 40 porque hay cuatro o cinco que se están terminando de cerrar. Y tenemos ocho concejales no adscritos pero ya estamos en varios municipios de Madrid, en Toledo, Huelva y en los próximos días presentaremos otro más. Es un avance bastante importante.

En Madrid, en los próximos meses daremos a conocer la creación del comité ejecutivo. En la zona oeste de Madrid las encuestas ya nos ponen en el escenario. Aunque son solo encuestas, que en un año empecemos a oír esto es muy significativo, más cuando casi todos venimos de Vox y sabemos lo que costó lograr esto.

No es el Vox que yo conocí

P.¿A qué achacas este aumento en tan poco tiempo? ¿Podría ser el reflejo del cansancio?

De unos meses a esta parte nos está viniendo gente del Partido Popular y Ciudadanos, pero nuestro mayor caladero es Vox. Por la gente que estamos conociendo, creo que se debe a la decepción interna que están teniendo. El 90% de nuestras nuevas incorporaciones viene de ahí. Con cada persona que hablamos es la misma historia, en diferentes sitios y diferentes caras, de decepción y traición.

Los medios de comunicación también ha sido un factor. Os debo dar las gracias porque hemos estado en el candelero, con mayor o menor intensidad, pero hemos estado allí. Yo siempre he sido una defensora de los medios. Creo que las redes sociales están muy bien, pero los periodistas son los que te van a dar o quitar altavoz, por eso siempre he defendido la relación con la prensa en general. 

P. Cada vez hay más incorporaciones a TÚpatria que provienen de Vox, partido al que le han salido algunas escisiones. Hace un año dijiste a ElPlural.com que un factor que te hizo salir era el ''autoritarismo''. ¿Crees que eso sigue siendo así?

No creo que siga igual, creo que es más. No es el Vox que yo conocí. Nosotros estamos muy orgullos de nuestra transparencia. En TÚpatria todos tienen total libertad para hacer entrevistas. Yo a veces ni me entero de que las hacen. A eso la gente de Vox no está acostumbrada. No pueden hablar con periodistas, no pueden hablar en ningún sitio y si salen es con un filtro desde la vicesecretaría de comunicación impresionante.

Al principio sí querían a los medios de comunicación. Santiago (Abascal) y Javier (Ortega Smith) a donde más iban era al levante porque tenían medios a su alcance. En un momento se dio la vuelta a la tortilla y pasaron no solo a no quererlos sino a decir ''los medios nos atacan''.

En Vox están muy preocupados. Nos siguen con lupa

P. ¿En qué momento cambia eso?

Mi gran lucha allí fueron los medios de comunicación. En el departamento de comunicación conseguí que Alicante lograra tener mucha presencia. Creo que Manuel Mariscal (vicesecretario de comunicación de Vox) tuvo mucho que ver en el cambio. Él es muy de redes y la empatía con los periodistas era cero y yo era todo lo contrario.

Meses antes del primer Vistalegre de octubre de 2018 iba a haber una manifestación de Jusapol y se empezó a correr el rumor de que podría ir Albert Rivera o la cúpula de Ciudadanos. Vox no confirmó si Santiago o Javier iban a acudir o no. Busqué en redes y no encontré nada. No lo anunciaron.

Entonces Cristiano Brown, el líder de UpyD, era asiduo de las tertulias de Telemadrid y pensé: ''¿Y nosotros no? Eso no puede ser''. Se lo propuse a Mariscal y me dijo: ''¡¡No Carmen, no lo intentes, eso es muy complicado, que ya lo he intentado yo mil veces!!''. Javier me dijo que lo intentara y que si lo conseguía él entraba. Dos días más tarde, sin conocer a nadie y tras llamar mil veces, me recibieron con los brazos abiertos y Javier entró en antena. Mientras a mí me vendieron que era imposible, ellos me dijeron allí mismo que es que nunca lo habían intentado. La cara de Javier cuando lo dijeron era un poema y a mí me calló la del pulpo después. Después de eso hicieron una campaña contra mí.

Mi mayor decepción en Vox se llama Santiago Abascal

P. ¿La relación con los medios es la diferencia fundamental de TÚpatria con Vox?

Eso es algo que desde luego yo he trasladado a mi equipo. Yo creo que sí, eso es esencial. En Vox no puedes hacer entrevistas. Yo demostré a Mariscal que sí se podía tener una buena relación con los medios.

Esa posición atacante y bélica que tienen ahora contra los medios yo no la he vivido. Yo les encontré y les puse en bandeja muchas entrevistas. Santiago sí quería, pero no sé en qué momento eso cambia. Yo a él quería hacerle ver que las redes están bien pero hay gente que no llega, como la gente mayor.

A partir de Vistalegre yo dejo de tener presencia, ya no cuentan conmigo para nada y me apartaron. Allí se acabó todo y Alicante voló por los aires meses más tarde. Después de aquel Telemadrid yo tuve claro que yo a Javier lo tenía enfrente, lo que no me esperaba era Santiago. Mi mayor decepción en Vox se llama Santiago Abascal.

P. ¿Vais a tener más incorporaciones desde Vox?

Yo creo que sí. Esto es un efecto dominó. La semana que viene seguramente otro concejal más y hace unos días fue la de Huelva. Por cierto, a este concejal le han intentado desprestigiar desde el partido mandando un comunicado a los medios a las horas de abandonarlo.

En Vox están muy preocupados por esto. Yo también lo estaría. Ellos consiguieron su primer concejal no adscrito a los tres años y nosotros en tan solo unos meses. Me consta que nos están siguiendo con lupa y están pendientes de todo lo que hacemos. También están intentando taparnos, que no se nos oiga mucho. Un partido que es parte de la oposición y que esté tan preocupado por uno que solo tiene un año es algo que se lo tienen que hacer mirar.

P. ¿Qué perspectiva de futuro tenéis?

Aunque seamos un partido nacional, nuestro principal objetivo es la política municipalista. Creemos que los problemas de los ciudadanos tienen que solucionarse empezando en los ayuntamientos. Nuestra meta es mayo 2023. Una de las cosas de las que se nos han quejado todos los concejales es que en los plenos no pueden votar lo que querían, tenían todo marcado desde Madrid. Además si una propuesta buena la presentan otros partidos, votan directamente que no, aunque sea buena para el municipio. El municipalismo trata de que enriquezcas el municipio. No es el ataque por el ataque. ¡Haber tenido la idea tu antes!

PP y Vox están condenados a entenderse

P. ¿Que valoración haces del panorama político nacional?

Pues en el tablero político el Gobierno lo está haciendo mal y el problema fundamental lo tiene la derecha. PP y Vox, les guste o no les guste, están condenados a entenderse. No seré yo quien hable bien de ellos, pero están condenados. Ambos están siendo personalistas y así no vamos a ningún lado. El yo soy mejor que tú es de patio de colegio. Ambos tienen que dejar los egos. De cara a unas nuevas elecciones eso les va a perjudicar.

P. Si estuvierais en el Congreso de los Diputados, ¿Qué oposición haríais? 

Si te refieres a la oposición de Vox, nosotros lo haríamos de otra manera. No de esa forma bélica de hablar primero señalando y luego atacando. Se puede hablar de otra manera. Sería muy diferente. En casos como la pandemia, la oposición ha hecho lo de siempre: el personalismo. ¡Yo he tenido mejor idea que tu, esa no es tu idea...! A veces el Congreso es un gallinero.

Como con el tema de la bandera. No por enarbolarme en la bandera voy a ser más española que Santiago Abascal. Con el Covid, hay que intentar llegar a un consenso. No puede ser que cada vez que uno suba a la tribuna sea un ataque constante. Si llega el momento que estemos ahí, los ciudadanos serán quienes nos aprueben o nos suspendan.