De asegurar que "los nostálgicos del franquismo" no eran bien recibidos a hacerle hueco en lo más alto de las listas electorales. El PP de Extremadura cambia de idea y se rearma de cara al 28 de mayo gracias a arrepentidos de Vox que dejaron el PP en 2019 alejándose de la doctrina que dejó el expresidente José Antonio Monago.

Las listas del PP en Extremadura volverán a tener entre sus filas a nombres tan polémicos como Antonio Pozo. El que fuera alcalde de Guadiana (Bazajoz) fue uno de los grandes opositores a la Ley de Memoria Histórica y a que su pueblo eliminara del 'del caudillo' que ponía apellido a la localidad, así como no eliminar el águila del escudo de España en la fachada del ayuntamiento y una placa en honor al dictador Francisco Franco contigua. Incluso llegó a organizar una consulta ilegal sin garantías preguntanto a los vecinos si querían cambiar o no de nombre para adaptarse a la ley. 

La historia de Pozo contra la memoria democrática no se quedó ahí. Intentó conservar casi un centenar de vestigios del Franquismo que aún permanecían en la localidad haciendo que se quedara solo en el PP. Sin embargo, consiguió que en 2016 la Fundación Francisco Franco le diera la distinción de 'caballero de honor' por defender “la verdad histórica y la memoria del caudillo” No obstante, perdió la alcaldía en la cita electoral de 2019, se quedó a muy poco de entrar en la Asamblea de Extremadura por Vox y ha permanecido como asesor en el Ayuntamiento de Badajoz de la mano del único concejal de la ultraderecha en el consistorio.

Ahora, en 2023, ha abandonado la formación de Abascal junto con el concejal en la capital pacense y el que fuera secretario provincial del PP en Badajoz, Juan Antonio Morales, que se pasó a Vox. A él se le ha sumado los concejales de la ultradecrecha de Trujillanos. Aquí, sus tres concejales abandonaron el PP para pasarse a Vox provocando que el PSOE gobernara y rompiera con una racha de 24 años de gobierno de la derecha. Ahora, vuelven como si nada tras abandonar el partido de ultraderecha el pasado mes de junio. A ellos se le suman los ediles Guadiana y de Lobón.

Objetivo conservar Extremadura

Lo cierto es que tras absorver a Ciudadanos y morder buena parte de electorado de Vox, los resultados electorales del PP en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo son optimistas. Planteados primero como un plebiscito contra Sánchez y después rebajado por el portavoz de campaña Borja Sémper desde Génova, los de Feijóo buscan conservar al menos 30 capitales de provincia, así como un buen puñado de autonomías.

De las 11 actuales llegando a unas 30, según los datos demoscópicos que manejan en la sede nacional del partido, los populares quieren Madrid, Málaga y Zaragoza,  y ven entre sus opciones que es muy probable recuperar Valencia, Sevilla y Murcia. Un escenario que, si se confirma, les permitiría gobernar en seis de las ocho capitales más pobladas de España que superan los seis millones de habitantes. Su objetivo es teñir el mapa de España de color azul en la noche del 28 de mayo, acercándose al escenario de la primavera de 2011, cuando el PP consiguió grandes victorias territoriales que sirvieron de trampolín a Mariano Rajoy para llegar unos meses después a Moncloa, con una holgada mayoría absoluta de 186 escaños.

Aparte del mapa municipal, el PP es optimista también a nivel autonómico. Así, da por sentado que conservará los gobiernos regionales de Madrid y Murcia y ve posibilidades de lograr los de La Rioja, Baleares y Extremadura, Comunidad Valenciana, Aragón e incluso Castilla-La Mancha, según fuentes del partido, que tampoco dan por perdida Canarias o Cantabria a través de pactos con Coalición Canaria o con el Partido Regionalista, respectivamente.

Problemas para llenar las listas en Vox

Lo cierto es que la sangría que sufre Vox a nivel municipal ha provocado que tengan serias dificultades a la hora de elaborar sus listas. El pasado verano anunciaron que tendrían todo el engranaje a punto para esta Navidad. No obstante, el 31 de diciembre las listas no estaban porque no encontraban gente suficiente que quisiera ir en ellas.

El obtetivo de la formación ultra es que los candidatos tuvieran recorrido para explicar su proyecto y que fueran conocidos. En Vox consideran que un buen resultado en las municipales, con una buena estructura municipal, será esencial para mantener a la ultradercha como tercera fuerza política.

De esta forma, y para que no cunda el pánico entre las filas verdes, Vox ha ido presentando poco a poco perfiles poco mediáticos, profesionalizados y procedentes de la sociedad civil para concurrir a las urnas que den un protagonismo total a la marca. Durante meses, las cabezas pensantes de la calle Bambú - sede nacional de Vox - buscan llenar las listas.