La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha alertado del retroceso de la libertad de prensa en España, con especial incidencia en Cataluña, donde se ha desarrollado un clima de hostilidad hacia periodistas de medios nacionales y catalanes a consecuencia del conflicto independentista.

Por desgracia, el aviso que hace la FAPE y que llega pocos días antes del 3 de mayo, día de la Libertad de Prensa, es compartido por otros colectivos de periodistas como la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) o la ONG Reporteros Sin Fronteras, que en su último ranking de la libertad de prensa en el mundo sitúa a España dos puestos más abajo, en el 31, que en la edición anterior.

Sobre la situación de los profesionales de la información en Cataluña, la FAPE denuncia que “sectores radicales de independentistas y de ultraderecha” se han aprovechado de esta división “para cometer actos vandálicos contra medios opuestos a sus tesis, vilipendiar e intimidar a los periodistas en las redes sociales, agredir e insultar a los reporteros durante la cobertura de las manifestaciones a favor o en contra de la independencia que se han realizado en dicha comunidad autónoma”.

Pero, además, se hace referencia en los comunicados e informes de estas organizaciones al mantenimiento de la conocida como Ley Mordaza que “sigue castigando el ejercicio libre del periodismo”, ya que en 2017 “varios periodistas y fotorreporteros han sido sancionados por la policía cuando estaban cumpliendo en espacios públicos su misión”.

También se critica, como en años anteriores, que la crisis económica ha adelgazado las redacciones y mermado los sueldos de los periodistas, lo que ha hecho que aumente el número de autónomos y falsos autónomos y que los periodistas se encuentren en una posición más frágil.

También amenazan a la libertad de información “noticias falsas, bulos y manipulaciones que de forma masiva, constante e implacable inundan las redes sociales y las vías de comunicación” con las que los ciudadanos conforman su criterio.

En otro de los planos negativos, los partidos políticos siguen sin tramitar definitivamente la reforma de RTVE para asegurar la pluralidad y la independencia en el ente. Una reforma que la FAPE demanda que se extienda a todas las cadenas públicas.

En el plano positivo, existe unanimidad en que la libertad de prensa está arraigada en España, como lo demuestran las investigaciones periodísticas que han destapado varios casos de corrupción y de abusos de poder.

Generalizado en las democracias occidentales

Pero estos problemas para la libertad de prensa, desgraciadamente, no son sólo de España. Reporteros Sin Fronteras ha advertido de la creciente hostilidad contra los medios, alentada por algunos dirigentes políticos y por el deseo de regímenes autoritarios de imponer su visión del periodismo, constituye una amenaza para las democracias que también afecta a Occidente.

Su clasificación mundial de la libertad de prensa, que cada año analiza la situación en 180 países, apunta que el clima de odio es “cada vez más marcado” y no exclusivo de naciones como Turquía, en el puesto 157, o Egipto, en el 161.

“Cada vez más jefes de Estado elegidos democráticamente ven a la prensa ya no como uno de los actores de la democracia, sino como un adversario frente al cual muestran abiertamente su aversión”, indica.

RSF destacó en esa línea que EEUU ha descendido dos puestos, hasta el 45, en el primer año de mandato de Donald Trump, que ha tachado como “enemigo del pueblo estadounidense” a la prensa, ha intentado impedir el acceso a la Casa Blanca a algunos periodistas y descalifica como noticia falsa cualquier crítica a su política.

La organización advierte de que la frontera entre la violencia verbal y la física es cada vez más tenue en países como Filipinas, y lamenta que el deterioro general de la situación afecta incluso a los países nórdicos, tradicionalmente los más respetuosos.

Aunque Noruega y Suecia mantienen su primera y segunda posición, Finlandia cae a la cuarta, por detrás de Holanda, perjudicada por un caso de amenaza al secreto de las fuentes periodísticas.

En el otro extremo se sitúa de nuevo Corea del Norte, donde, aunque el uso de los teléfonos inteligentes se ha generalizado, también lo ha hecho el drástico control de las comunicaciones y de la intranet nacional.

Eritrea (179) y Turkmenistán (178) tampoco registran cambios interanuales, al igual que Siria (177), el país más peligroso del mundo para la prensa, con 17 reporteros asesinados en 2017, o China (176), donde la censura y la vigilancia han alcanzado “niveles inéditos” por el uso masivo de las nuevas tecnologías.

RSF advierte además de la creciente influencia de los llamados “hombres fuertes”. La Rusia (148) de Vladímir Putin, según su análisis, extiende su red de propaganda por el mundo gracias a sus medios de comunicación, como la cadena de televisión RT, y la China de Xi Jinping exporta su modelo de control en Asia.