El candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado el pistoletazo de salida a la sesión de investidura con un discurso en el que se ha limitado a exponer su programa y ha evitado hacer guiños a sus socios potenciales. No se ha dirigido a Podemos, ha despachado a Pablo Iglesias en apenas 20 segundos al término de su intervención diciéndole que "se nos pide unir fuerzas" y ni tan siquiera ha mentado el conflicto en Cataluña. Así las cosas, su intervención ha pivotado en torno a seis ejes centrales: empleo, pensiones, cambio climático, igualdad entre hombres y mujeres, la lucha con la desigualdad social y el fortalecimiento de Europa.

Sánchez ha comenzado su sesión de investidura sin tener segura una mayoría parlamentaria que le permita ser presidente como tarde el jueves en segunda votación. Y precisamente su primera propuesta ha versado en torno a la problemática de la formación de gobiernos tras las elecciones. El líder socialista ha apostado por reformar la Constitución Española, concretamente su artículo 99, para que “los ciudadanos no deban nunca más sufrir la amenaza de una repetición electoral”. En otras palabras, opta por trasladar la fórmula de las investiduras de los ayuntamientos al ámbito nacional: si no hay una mayoría parlamentaria suficiente para formar Ejecutivo, quedará investido el líder de la candidatura más votada. “Estoy proponiendo que España tenga Gobierno” y “no quede bloqueada”, ha afirmado. En este punto, Sánchez ha traído a colación la “Ley de Eutanasia”, que “no puede esperar a septiembre, octubre o noviembre”, reclamando así que la investidura prospere esta semana y no se emplacen a una nueva a la vuelta de vacaciones -tras el mes de agosto-.

El presidente en funciones no ha realizado guiño alguno a Unidas Podemos, de quien se espera no solo que sea su socio principal sino que integren también el Consejo de Ministros. Sánchez ha optado por agitar el fantasma de la amenaza de la extrema derecha. Ha denunciado que la bancada conservadora, dividida en Partido Popular y Ciudadanos, a quienes ha pedido que “se alejen de las redes de la ultraderecha” que están poniendo en cuestión “libertades y derechos civiles”.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha recibido un trato semejante que los morados. Sánchez tampoco ha apelado a los republicanos catalanes y, de hecho, ha criticado los nacionalismos en el marco europeo: “¿Qué sentido tiene levantar fronteras internas cuando debemos derribar las externas?”, se ha preguntado.

Empleo, Feminismo, Educación y Cambio climático

Sánchez no ha pedido el voto expresamente ni a ERC ni a Podemos, dos de sus principales socios. Se ha inclinado por limitarse a exponer sus propuestas. En este sentido, buena parte de sus iniciativas han virado en torno al mercado laboral y a las pensiones.

El secretario general del PSOE ha puesto el foco en configurar un mercado laboral que fomente el “empleo digno” y se den las condiciones para hacer viable y sostenible el sistema público de pensiones. Sánchez ha sacado pecho de la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros (medida que desarrolló y aprobó junto a Podemos), y de la regulación del horario laboral controlando las horas extra. Ahora, ha puesto sobre la mesa la aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores basado en el diálogo social, que la contratación indefinida sea “la forma habitual de contratación”, un nuevo Estatuto del Becario que proteja sus derechos e impulse la remuneración, un nuevo plan director por el trabajo digno, la mejora de las condiciones de los autónomos, una ley de igualdad en el mercado laboral y un plan estratégico de retorno para “recuperar a los jóvenes”, entre otras propuestas.

Sánchez también ha apostado por negociar un nuevo Pacto de Toledo para atajar “un contexto muy exigente” dada la caída de la tasa de natalidad y el aumento de la tasa de vida.

La igualdad real entre hombres y mujeres ha sido otra de las patas fundamentarles del discurso de Sánchez. Su soflama contra la violencia machista ha despertado a la bancada socialista que ha concedido a Sánchez su primer aplauso tras unos 15 minutos de discurso. “Se llama violencia machista, se cometa en una casa o en la jauría de una manada. Y aquellos que quieran banalizarlo que tengan claro que nos van a tener en frente”, ha espetado. 

“Es un problema de dignidad y de derechos humanos”, ha insistido, y ha precisado que su intención es situar a España como un “referente mundial del feminismo”. “No queremos manadas ni lobos solitarios en nuestro país”, ha sentenciado. Precisamente su denuncia contra la violencia machista ha brindado al candidato el aplauso también de la bancada morada, que ni siquiera ha festejado las palabras de Sánchez en las que aseguraba que “nadie va a parar Madrid Central”.

El presidente en funciones ha hecho de la transición ecológica otra pieza fundamental de su intervención. “No es un desafío solo de nuestro país, pero estamos muy expuestos”, ha lamentado, y ha advertido que “si no tenemos planeta lo que hagamos en otros ámbitos no va a servir de nada”. A su juicio, se debe atajar el asunto “convirtiendo el desafío en una gran oportunidad de progreso”.

En materia educativa ha propuesto que se destine el 5% del PIB a inversión en Educación independientemente del partido que Gobierne, y ha explicado que su deseo es hacer de España “el primer país europeo que reconozca la Educación a lo largo de toda la vida”. De esta manera, y junto a la política de empleo digno, pretende atajar la problemática de la pobreza infantil, que ha alcanzado niveles insoportables”.

Con respecto a la Ley de Memoria Histórica, ha recurrido a una de las apuestas de su mandato: la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Sánchez espera que se haga efectiva cuanto antes.

Los dardos al independentismo

Sánchez ha reclamado el apoyo de la Cámara para ser investido, pero no encontrarán en su discurso guiño alguno a las formaciones de las que espera su respaldo. Ni una sola mención a Unidas Podemos, con quien compartirá Consejo de Ministros si todo sigue el guion previsto. Ha despachado a Pablo Iglesias con apenas 20 segundos en los que ha pedido sumar sus experiencias.

Peor trato ha recibido ERC. Sánchez ni siquiera ha hablado del conflicto catalán aunque sí ha criticado los movimientos secesionistas, defendiendo “una España autonómica en una Europa federal” porque “nadie es menos andaluz por ser europeo”. “Aprendamos de las lecciones que ofrecen experiencias recientes como el Brexit”.

Por último, ha reservado unos breves instantes para hacer referencia a Venezuela. Ha abogado por una “salida pacífica de la crisis con la celebración de elecciones con garantías” y “superar la crisis humanitaria”. Resulta llamativo que en esta ocasión no ha mentado a Juan Guaidó como presidente legítimo en detrimento de Nicolás Maduro.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha anunciado que la sesión se reanudará a las 16:00 horas de la tarde. Será entonces cuando intervengan los portavoces de las distintas formaciones, de mayor a menor representación.