El Partido Socialista ha convocado para el próximo lunes, 2 de septiembre, a su Ejecutiva Federal. Después de reunirse con organizaciones de la sociedad civil a fin de construir un programa político que incluye el máximo número de voces posibles, el presidente del Gobierno en funciones trasladará los avances a su núcleo duro para elaborar una hoja de ruta común antes de encarar las negociaciones con los principales líderes políticos.

Con el 23 de septiembre, fecha límite para ser investido presidente del Gobierno, a la vuelta de la esquina, Sánchez sigue alargando los tiempos y anuncia que no será hasta principios de septiembre cuando se siente a hablar con las partes implicadas en el Congreso de los Diputados. Por ahora, se suceden las reuniones con organizaciones, asociaciones y sindicatos.

Por el momento, las conversaciones siguen enquistadas. El contenido parece el problema menos, la organización orgánica y los nombres propios vuelven a ser el principal escollo. Unidas Podemos insiste en que dará su apoyo de forma gratuita, criticando a sus homólogos que quieran imponer su línea de actuación como si tuvieran mayoría absoluta. Mientras tanto, Ferraz se resiste a volver a poner sobre la mesa un gobierno de coalición, ya que la desconfianza recíproca y las dudas surgidas tras la investidura fallida imposibilitan el entendimiento.

Así las cosas, Pedro Sánchez encabezará el cónclave socialista el próximo lunes a las 10:30 horas. El núcleo duro reunido, tres semanas en el horizonte y mucho trabajo que hacer. Por el momento, desde que el Congreso de los Diputados tumbara la candidatura del dirigente socialista, la situación continúa igual.

Los reproches son incesantes y las propuestas prácticamente nulas. Llegado el momento de avanzar para evitar una tercera jornada electoral en lo que va de año, además de la paralización de las instituciones que eso lleva consigo, Pedro Sánchez empieza a agendar reuniones con el resto de líderes.