Este viernes el Ejecutivo en funciones se ha reunido en La Moncloa en el primer Consejo de Ministros después de las vacaciones de Pedro Sánchez. La encargada de analizar la situación y contestar a la prensa ha sido la ministra de Educación Isabel Celáa.

“No hay posibilidad de Gobierno de coalición”. Así de tajante se ha mostrado la socialista, dando un ultimátum a Unidas Podemos, que sigue estableciendo su entrada en el Gobierno como condición sine qua non para dar su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez antes del 23 de septiembre, fecha límite para evitar una repetición de elecciones.

“La semana que viene se retomarán las negociaciones con organizaciones de la sociedad civil para construir un espacio común las fuerzas de progreso. Sobre este espacio trataremos de crear un programa para que España tenga lo más pronto posible un acuerdo. No hay posibilidades de un Gobierno de coalición, debemos buscar fórmulas para conseguir tener un Gobierno en torno a ese acuerdo programático en el que el presidente del Gobierno en persona está trabajando”, ha alegado.

Conocida la noticia, el plenipotenciario enviado por Unidas Podemos a las negociaciones, Pablo Echenique, ha calificado el anuncio de “profunda irresponsabilidad”. Después de que esta semana los morados enviasen un documento programático en el que añadían posibilidades para conformar el Ejecutivo de una forma proporcional, el plantón socialista vuelve a provocar el resquemor de Iglesias y los suyos, que, por el momento, dicen ‘no’ al apoyo a Pedro Sánchez sin ocupar cotas de poder interno.

“No se observan condiciones para un Gobierno de Coalición”, ha insistido Celáa. “El proceso de investidura lo puso en evidencia. Hay suficiente desconfianza como para que no resulte transitable esa opción, pero hay alternativas en las que sí creemos. Queremos llegar a un entendimiento en base a un programa, un compromiso a un proyecto de fondo político que dará lugar a financiación y capacidad operativa”, ha ratificado.

Así las cosas, con el plazo definitivo en el horizonte y las pretensiones particulares enquistando la situación, España sigue abocada a enfrentarse a la tercera jornada electoral en lo que va de año. Mientras Unidas Podemos envía una carta a sus bases calificado de ‘trágala’ la estrategia emprendida por sus homólogos socialistas, los del puño y la rosa prosiguen afianzado su argumentario en base a la desconfianza entre grupos.

Un mes exacto para dar la vuelta al tablero. Por ahora, la partida permanece en tablas.