La avalancha de contagios en la sexta ola de la pandemia de coronavirus ha provocado también un aluvión de bajas laborales. El Ministerio de Sanidad, para abordar el asunto, rebajó a finales de diciembre la cuarentena para casos leves y asintomáticos de 10 a siete días. Sin embargo, para la patronal madrileña no es suficiente.

CEIM ha solicitado que las cuarentenas para enfermos de Covid-19 se reduzcan nuevamente para situarse en los cuatro días, como en Suiza, o en los cinco, como en Estados Unidos. Así lo plantea Miguel Garrido, presidente de CEIM, en una entrevista a EFE en la que propone que se habilite a las mutuas para facilitar las bajas y las altas de los trabajadores con coronavirus con el fin de evitar que se colapse la atención primaria.

A su juicio, las bajas no debieran ser automáticas, pues vale con una única llamada telefónica para comunicar el resultado del test: “Nunca ha sido así”, ha aquejado. Apuesta, en este sentido, por volver a la normalidad “cuanto antes” porque la situación es “insostenible”, esgrimiendo que las empresas no están en condiciones de prestar sus servicios. “En el sector de la limpieza tienen un grave problema porque es muy fácil acceder a la baja y con muy poco rigor. No sé si la gente lo utilizará mal o no, pero puedes utilizarlo como te dé la gana. Simplemente hay que llamar y decir que has dado positivo en un test”, insiste el presidente de CEIM.

Garrido ha afirmado que en las empresas que tienen posibilidad de teletrabajo, las personas no se suelen dar de baja, pues pese a caer enfermos, pueden continuar trabajando. Sin embargo, en otras compañías en las que se requiere presencialidad, las bajas médicas son “muchas y duraderas” y “se solapan unas con otras y acaban colapsando la actividad de las empresas”.

"Difícil de gestionar"

En algunos casos, añade, las bajas se pueden cubrir con Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que están teniendo mucha demanda de trabajadores para cubrir esos servicios, pero hay casos en los que no es posible: “En las cadenas de montaje, donde el trabajo de uno depende de lo que hace el anterior, en el momento en el que caen enfermas dos o tres personas se para la actividad de toda la fábrica”, apunta Garrido.

El presidente de CEIM sentencia que la situación es “muy difícil de gestionar” dada la falta de efectivos para cubrir las bajas en las contratas de limpieza o de seguridad hace que se incumplan los contratos y expone a los adjudicatarios a penalizaciones. En consecuencia, convendría, apunta, una relajación de las medidas ante “una situación de emergencia”.