PSOE y Unidas Podemos parecen predestinados a chocar todas las semanas. Si no es por a es por b. Los encontronazos son la tónica habitual y los próximos días no serán una excepción. Socialistas y morados comparten el malestar por el regreso del rey Emérito Juan Carlos I, pero su desazón por el viaje del ex monarca es de lo poco que compartirán. La pasada semana la colisión fue cruenta a cuenta de la ley del solo sí es sí. El PSOE presionó manteniendo sus enmiendas para abolir la prostitución hasta el punto de que el articulado corrió serio riesgo de no salir adelante. Finalmente, el partido mayoritario del Gobierno cedió, no para retirarse, sino para prestar batalla más adelante. Entretanto, se espera nuevo cruce de declaraciones por Pegasus.

Este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecerá ante el pleno del Congreso por petición del Grupo Plural, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu para explicar el caso Pegasus. El espionaje a más de 60 líderes independentistas catalanes y vascos provocó un notable enfado no solo en los aliados parlamentarios del PSOE, sino también de sus socios de coalición. Podemos se aventuró a exigir la dimisión de la directora del CNI, entonces Paz Esteban, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, esgrimiendo la brecha de seguridad de los servicios de inteligencia españoles al ser Sánchez y otros ministros víctimas también de espionaje. El tono soberbio de Robles forzó situaciones tensas con los morados hasta el punto de que Pablo Echenique le exigió su cabeza en la comisión de Defensa.

El asunto no está zanjado ni mucho menos a pesar de que Moncloa fulminara a Paz Esteban -con el mayor de los reconocimientos-. Y es que, su cese no pudo interpretarse como un gesto, pues su sustituta es Esperanza Castelerio, mano derecha de la propia Robles. La titular de Defensa cuenta con el respaldo total y absoluto de Sánchez. No habrá cese ni se barrunta amago de dimisión. El jueves, durante el pleno, a buen seguro Unidas Podemos exigirá nuevamente su cabeza. El presidente no la dispondrá y los decibelios subirán.

Una joya en peligro

Las discrepancias por Pegasus se aparcaron, no en pos de un mayor entendimiento y un clima más acogedor, sino porque otro asunto sacudió la coalición. Ocurrió el pasado martes, cuando fuentes socialistas comenzaron a difundir que mantenían sus enmiendas a la ley del solo sí es sí. El jueves estaba convocada la comisión de Igualdad que aprobaría el dictamen final del articulado de garantía integral de la libertad sexual para que fuera votada en pleno esta semana. Se trata de una de las joyas de la corona del Ministerio de Igualdad. Un buque insignia que la pinza PSOE-PP amenazó con tumbar.

Los socialistas planteaban introducir sus enmiendas para prohibir el proxenetismo y la tercería locativa. Los morados no estaban por la labor, pues es un asunto espinoso que genera diversos sentires en Podemos (hay sectores que apuestan por la regulación y otros abolicionistas); como tampoco otros grupos como ERC y EH Bildu, que advirtieron que de incluirse la abolición de la prostitución votarían en contra de la ley, condenándola al fracaso.

Irene Montero, ministra de Igualdad, ofreció extraer todos los artículos de la ley relacionados con el proxenetismo a cambio de que el PSOE retirara sus enmiendas y, para engrasar la relación y facilitar el entendimiento, pidió que registraran su propia Proposición de Ley. Así lo hicieron. El jueves el Grupo Socialista registró su PL para prohibir la prostitución y, en una entrevista en ElPlural.com, la diputada y portavoz en la Comisión de Igualdad, Laura Berja, advirtió que los partidos habrán de retratarse muy pronto: “Tendrán que explicar por qué no quieren legislar contra el proxetenismo”. La ley del solo sí es sí, al igual que Pegasus, se abordarán en la sesión del jueves 26 de mayo.