Juan Carlos I vuelve a España. Al menos estos son, por ahora, sus planes. El emérito llegará a Sanxenxo (Pontevedra, Galicia) el próximo viernes, donde asistirá a la Copa de España de regatas en la que participa el velero Bribón. Tras la competición náutica, tenía previsto desplazarse hasta el Palacio de la Zarzuela para reunirse con su hijo, Felipe VI. Sin embargo, la negativa de Moncloa, asumida por la Casa Real, complica la primera visita del ex jefe del Estado en casi dos años.

Según revela el diario El País, fuentes cercanas a Juan Carlos I admiten que lo lógico sería, en primer término, acudir al Palacio de la Zarzuela para reunirse con su hijo y el resto de la Familia Real antes de viajar a Sanxenxo. No obstante, salvo alteración de última hora, el itinerario de la primera visita del padre de Felipe VI a España tras dos años en el exilio comienza en la localidad gallega, donde se encontrará con sus amigos y compañeros de regatas para, después, desplazarse a Madrid con su familia el domingo por la tarde o el lunes.

Así las cosas, Juan Carlos I regresaría a Abu Dhabi desde la capital. La idea que maneja el que fuera monarca hasta 2014 es que su primera visita se prorrogue tan solo unos días. De esta manera, después regresaría con frecuencia hasta normalizar su presencia en España.

Pero las piezas del puzle no encajan con la facilidad que todos deseaban y el viaje de Juan Carlos I se complica debido a las objeciones de Moncloa a que el emérito pase una noche en la Zarzuela. Desde el Ejecutivo argumentan que el palacio no es la residencia privada de la Familia Real, sino que es la sede de la Jefatura del Estado español. Además, recuerdan que Juan Carlos, pese a estar exonerado de responsabilidad penal por motivos variopintos, no ha ofrecido ninguna disculpa a los españoles por su cuestionable comportamiento

La negativa de Moncloa a que Juan Carlos I pernocte en Zarzuela agrega una problema más a resolver, dado que emerge a empujones la necesidad de buscarle un alojamiento con las condiciones adecuadas para preservar su privacidad y, por supuesto, su seguridad. Estas mismas, según apunta esta misma información, se pactaron a tres bandas entre el propio Gobierno, la Casa del Rey y el entorno del emérito que ratificaron padre e hijo en la conversación telefónica del pasado domingo.

La visita del ex jefe del Estado ha agitado el panorama sociopolítico actual, desatando una expectación fuera de lo común. El País asegura que fuentes del entorno del rey emérito no cierran la puerta a un aplazamiento de su visita, dado que el propio Juan Carlos no quiere perjudicar a la Copa de España. Por su parte, Zarzuela anhela con preocupación que esta visita se saliera de los límites de la discreción, algo que resulta prácticamente incontrolable.