El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha ordenado a la Dirección General de la Guardia Civil retirar el borrador de orden general con el que pretendía regular el atuendo y el comportamiento de los guardias civiles. Interior se ve forcado a recular ante el anuncio de un recurso judicial por parte de las asociaciones de la Guardia Civil, cuyo visto bueno es necesario para su aprobación.

Cinco asociaciones (AUGC, AEGC, Unión GC, ASESGC y APCGC) han sido las que han mostrado su intención de recurrir la orden para proteger “los derechos fundamentales y libertades públicas de los guardias”. Además, denuncian que este borrador es aún más restrictivo que el anterior ya que no deja absolutamente ningún cabo suelto para negociar con las asociaciones. Posteriormente, en otro comunicado han agradecido la disposición al diálogo y consenso que el ministro del Interior demuestra al paralizar los tránmites de aprobación del texto. 

En él , se establecían normas de aspecto físico y comportamiento que, según la Dirección del cuerpo, pretende fomentar la imagen de neutralidad y mejorar su trato con la ciudadanía.

Una imagen reglada al milímetro

Los tatuajes quedarían prohibidos si son ofensivos y deben permanecer ocultos si no lo son. Para aquellos que sean ofensivo se daría un plazo de tres meses para eliminarlos de forma permanente. El mismo plazo se daría al resto para informar de ellos en una declaración jurada, con la posibilidad de adjuntar fotografías de los mismos al fichero que se crearía donde constarían las características o la zona del cuerpo en la que se encuentra. "Quedan prohibidos los tatuajes que contengan figuras, expresiones o dibujos contrarios a los valores constitucionales y las virtudes militares, atenten contra la disciplina, la imagen de la Guardia Civil y las autoridades del Estado, supangan un desdoro para el uniforme, comprometan la neutralidad política o sindical, inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico, religioso y reflejen motivos obscenos o cualesquiera otros vedados por la ley".

El cabello "estará siempre aseado y peinado" y el color debe ser natural o de un tinte acorde al tono natural. El corte en los hombres debería ser clásico, con las orejas descubiertas y por encima del borde del cuello del uniforme, aunque sí permite el rasurado completo. Pero quedarían prohibidos "en todo caso" los cortes y peinados irregulares, como "escalones, trasquilones o zonas de la cabeza completamente rasuradas y otras con cabello largo". También los peinados "tipo rasta" o con "pequeñas trenzas tipo étnico".

DaaS41BX4AA6jz4


Las patillas tendrían corte horizontal, simétrico, nunca por debajo de la altura media de la oreja y su anchura y espesor debería ser el del cabello de la sien. Los bigotes serían del color natural, nunca por debajo de la comisura de los labios ni unidos a las patillas. Las barbas deberían ir recortadas, con un máximo de tres centímetros de espesor y nunca por debajo de la nuez. Quien quiera dejarse barba, bigote o perilla debe hacerlo en períodos en los que no preste servicio.

En el caso de las mujeres, el pelo debe permitir colocar la prenda de cabeza y despejados los lados de la cara. Si cae por debajo del cuello del uniforme, habría de ir recogido "en forma de moño, rodete, coleta o trenza" sin superar la línea de los omóplatos. "Se autorizan las mechas o reflejos en tonos similares al color base", dice el borrador.

Los hombres deben llevar las uñas cortas y del color natural; las mujeres con una longitud máxima de tres milímetros y con esmalte transparente "o similar al color de los labios". El maquillaje de las mujeres no podría destacar, si bien se autorizan tonalidades suaves y lápiz de ojos exclusivamente en el contorno. En los hombres, solo se permite bajo prescripción médica.

Los accesorios con carácter reivindicativo o discriminatorio estarían prohibidos, así como los que entorpezcan el trabajo. Permite el uso de dos anillos que no sean ostentosos, pendientes (solo mujeres), gafas y una esclava o pulsera que no cuelgue. Prohibiría también las "argollas, espigas, inserciones, pegatinas, perforaciones microdermales o subcutáneas, automutilaciones, dilataciones y similares" si son visibles con alguna de las modalidades de uniforme.

Relacionado La Guardia Civil sube la imagen de un miembro con tatuajes en plena polémica

La orden pretende regular el trato con la ciudadanía y el comportamiento de los miembros del cuerpo. También regula el consumo de tabaco o chicle: “Durante el tiempo de prestación del servicio solo se permite fumar en el periodo de pausa y no comprometiendo el objetivo del mismo, la imagen o la seguridad. Durante la prestación del servicio, salvo en el tiempo de la pausa, se evitará masticar chicle o cualquier tipo de alimento".

Los agentes entienden que este borrador pretende "un único modelo de peinado para hombres y mujeres" y prohíbe "llevar más de un anillo o una pulsera". Las distintas asociaciones han firmado un escrito y una carta dirigida al director general del cuerpo, Félix Azón, solicitando que este borrador no se someta a la Comisión normativa que la dará trámite.

Relacionado Los guardias civiles contra la orden que regula sus tatuajes, bigotes, uñas y tintes

Para las asociaciones de la Guardia Civil, el borrador demuestra los “malabares normativos” y "el inmovilismo y la falta de voluntariedad" de la Dirección General de la Guardia Civil y revela que "está todo el pescado vendido" al límitar tan intensamente cuestiones físicas, algo que "va en contra de el espíritu de adaptar la Guardia Civil al siglo XXI".

Por otro lado, el ejecutivo ve con buenos ojos la propuesta de las asociaciones de exigir el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) a los nuevos miembros del cuerpo. Un cambio que ya introdujo la Policía Nacional y que encamina a la benemérita a conseguir la equiparación salarial con otros cuerpos de seguridad.