A menos de un mes para las elecciones autonómicas y municipales en España, los partidos políticos preparan una campaña electoral que se presenta emocionante y con la cabeza puesta en diciembre, fecha en la se celebrarán, a priori, elecciones generales. De hecho, más allá de posibles cambios en algunas comunidades autónomas, los comicios del próximo 28 de mayo tienen también una lectura en clave nacional. 

Existen enclaves en los que un cambio de dirección podría afectar a nivel de las generales. Véase la Comunidad Valenciana, Extremadura Castilla La-Mancha. La Comunidad de Madrid, por supuesto, también puede tener esa doble lectura. ¿Será capaz la izquierda de competir con Isabel Díaz Ayuso? Una victoria ajustada de la candidata madrileña allanaría el terreno a los candidatos de las generales. En el caso de que Juan Lobato pudiera quedar por encima de Mónica García sería un regalo para Pedro Sánchez, quien podría encarrilar las generales con un extra de motivación. 

El verdadero problema de la izquierda es la división del voto a raíz de la falta de acuerdo entre Unidas Podemos y Sumar. A pesar de la evidente disputa, Yolanda Díaz ha tratado de contentar a todos para el 28M y apoyará candidaturas de Podemos, Más Madrid y Compromís, dependiendo el lugar. 

Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, dará su apoyo al candidato de Podemos a la alcaldía de Podemos, Jesús Santos, en un acto programado para el 15 de mayo, día de San Isidro. Esa misma jornada, también visitará Rivas Vaciamadrid para apoyar la confluencia de Izquierda Unida y Más Madrid, de la que, por cierto, Podemos salió hace semanas. El año pasado, en esa misma fecha, la ministra de Trabajo se hizo fotos con la candidata del mismo partido a la Asamblea, Alejandro Jacinto, pero también con Mónica García y Rita Maestre, candidatas por Más Madrid a la presidencia y el ayuntamiento respectivamente. 

En la Comunidad Valenciana, Díaz ha confirmado que estará en un acto junto a Héctor Illueca (UP) el 24 de mayo en Alicante, mientras que el día 25 lo pasará junto al edil primero de Valencia, Joan Ribó, de Compromís. El 26 de mayo, por ejemplo, arropará a Ada Colau durante el cierre de campaña. Pero su recorrido no se limita a estas tres regiones ya que también visitará Asturias, Valladolid, Galicia, Pamplona, Sevilla, Málaga, Mérida y Mallorca. La duda está si en los actos electorales en los que acompañará a Podemos estarán personajes de la talla de Irene Montero, Ione Belarra o Pablo Iglesias.

Intención de voto

Tal y como puede verse en el estudio demoscópico de ElPlural.com reflejado en el gráfico superior, Alberto Núñez Feijóo ganaría las elecciones gracias al 29,6% de los votos y cayendo medio punto respecto a la semana pasada. A través de estos datos se puede comprobar cómo el líder gallego es el favorito para las encuestas. Pero este hecho tiene una explicación que va más allá de los méritos propios de Feijóo. La mayoría absoluta que Juan Manuel Moreno Bonilla consiguió en Andalucía significó un vuelco en las encuestas. Antes de celebrarse los comicios andaluces, Pedro Sánchez estaba por encima en las encuestas. Sin embargo, el gran resultado del PP sirvió para que Feijóo se colocara en primer lugar. Por ello, las elecciones autonómicas se pueden estudiar con perspectiva nacional ya que algunos de los resultados locales pueden provocar un vuelco en la carrera por La Moncloa.

Quien también se muestra con fuerza en las encuestas es Vox ya que sigue rondando un porcentaje similar al conseguido en 2019 cuando la ultraderecha se hizo con el 15,2%, erigiéndose como tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados. De celebrarse los comicios a día de hoy, Santiago Abascal se haría con el 14,5% de los votos. Este resultado podría llevar a España a ver un Consejo de Ministros con miembros de la fuerza ultraderechista.

En cuanto al presidente del Gobierno, a pesar de estar en segunda plaza, resistiría el impulso de Feijóo y Pedro Sánchez conseguiría el 25,2% de los votos. En relación a Sumar y Unidas Podemos, los de Yolanda Díaz conseguirían el 9,7% de los votos y los de Irene Montero, el 5,7%. Unos resultados que evidencian el daño que provoca esta división ya que, de ir juntos, superarían a Vox.