En medios judiciales, y desde luego entre quienes están inmersos de una forma u otra en la investigación de la trama Gürtel, miran con cada vez menos disimulada expectación al juez José de la Mata ¿La razón? Se preguntan por las razones de que el magistrado de la Audiencia Nacional siga sin cerrar la última pieza separada del sumario político más famoso del siglo: ¿A qué espera el juez? ¿Qué hay en el caso que le impide cerrar el sumario y enviarlo a juicio como ya ha hecho con las demás tramas derivadas de las actividades de Correa y su banda con el PP?

Lo cierto es que, mientras él sigue mirando el caso, a la espera de que le llegue la información necesaria para alcanzar sus conclusiones y elevar a juicio hechos e implicados, todo alrededor del caso parece estar acelerándose. Hay mucho en juego, desde luego todo indica que así es en el seno del PP, y en los medios afines (por ideología, por intereses o por amistad) a unas y a otras de las familias ‘populares’ parece haberse abierto la veda y llegan las filtraciones.

Una factura con la que se inició todo

ELPLURAL.COM, en exclusiva, vía fuentes judiciales, les muestra la factura con la que se inició todo. Es ésta:

Primero los antecedentes. En Arganda, una localidad cercana a Madrid, el Ayuntamiento, del PP, decidió recalificar una parcela gigantesca de suelo municipal. Una parcela que los expertos valoraron en un precio aproximado a los cien millones de euros. La concesión, sin embargo, se cerró, como se ve en la factura de compra que adjuntamos, en manos de la constructora Martinsa por poco más de 77 millones de euros.

Por tanto, se había producido una minusvaloración aproximada de 20 millones largos de euros. Acababa de producirse en aquel día, víspera de nochebuena de diciembre de 2004, lo que pasó a ser el mayor pelotazo de la trama Gürtel.

En realidad, Martinsa, según declararía a la policía uno de los abogados de la constructora, ni siquiera llegó a pagar esa cantidad, sino 10 millones menos, ya que al precio en metálico se había sumado la construcción de un Ayuntamiento nuevo para Arganda y unos aparcamientos que no llegarían nunca a realizarse.

Un caso muy imitado

Al desenmascararse las actividades de Francisco Correa y sus empresas en presunta connivencia con el Partido Popular, en todos sus niveles, desde el nacional al municipal, diversos informes policiales vinieron descubriendo las irregularidades que habían rodeado la concesión.

El pasado mes de diciembre, en ELPLURAL.COM les informábamos de unas declaraciones al mismo juez de la Mata de otro alcalde, también del PP, que permiten entender mejor lo que pasó en Arganda. Nos referimos a Arturo González Panero, más conocido por el sobrenombre que le pusieron los gurtelianos, el Albondiguilla.

González Panero declaró ante de la Mata que había recibido durante meses presiones de Jaime González Taboada, entonces director general de Cooperación con la Administración Local de la Comunidad de Madrid, para que entregara una parcela valorada en 30 millones por 19,4 millones. En esta ocasión, el Albondiguilla se resistió a ceder, lo que dijo al juez, “me costó la amistad con Correa” y el enfado de otros alcaldes populares que andaban en operaciones similares.

¿Por qué ese interés en rebajar los precios de las parcelas? Porque los intermediarios se quedaban presuntamente con parte de los millones de diferencia, mientras otra parte se usaba en financiar al Partido Popular.

Los tesoreros advierten a Aguirre y a Rajoy

En el caso de Arganda ¿quién presionó para conseguir la concesión? Según estableció Baltasar Garzón -entonces el sumario estaba en sus manos- los demás constructores interesados en el negocio de la parcela, acudieron a Génova protestando por cómo se estaba produciendo la operación por parte del equipo municipal ‘popular’. Y allí se entrevistaron con sus interlocutores habituales, Lapuerta y Bárcenas, tesorero y gestor del PP nacional. Estos, a su vez, se reunieron con Esperanza Aguirre, delante de Mariano Rajoy. Pero nada cambió.

La concesión se dio a Martinsa y, como decimos, millones por debajo de su valor real. De los informes policiales después se desprendería que Correa había recibido al menos 12 millones de euros por su mediación, de los que también se habían beneficiado el entonces alcalde de Arganda Ginés López, y el exdiputado popular de la Asamblea de Madrid, Benjamín Martín Vasco.

El caso Arganda, a pesar de la tajada que dejó para los corruptos, pasó a ser uno más dentro de la gigantesca trama Gürtel. Pero se ha ido, como decimos, quedando solo. Aunque reaparece convenientemente en momentos que parecen cruciales para el futuro del PP en Madrid. Y esto por una razón, aunque en los informes policiales no se le cita expresamente, en medios periodísticos y políticos, siempre se ha relacionado el caso Arganda con la compra del ático de Marbella por parte de Ignacio González, segundo del PP en aquel momento (toda la información sobre este caso en la página de nuestros colaboradores, Los Genoveses).

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Cifuentes y González,  tanta historia el uno al lado del otro... el caso Arganda ayudó a una, hundió aún más al otro

Las convenientes resurrecciones del caso Arganda

Así, el caso resurgió con gran fuerza en fechas claves, cuando se cocía la elección candidato a cabeza de cartel popular para las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo. Diversos medios, con El Mundo a la cabeza (diario especialmente bien relacionado con Cristina Cifuentes y su entorno), volvieron a resucitar la conexión ‘pelotazo de Arganda’ con el ático. Un hecho que, reconocen en el PP, ayudó a enterrar sus posibilidades y a despejar más el camino a Cifuentes.  

Y ahora, cuando de nuevo el PP madrileño se convulsiona, se crea una nueva gestora y se anuncian tormentas judiciales, el caso vuelve a la superficie. En este caso, el digital Público, este sábado, ponía sobre el escenario otro personaje misterioso: el actual número dos de la Policía, el comisario Eugenio Pino.

Según se insinúa en esta información, el alto cargo policial, conocía desde 2008 la presunta relación entre el ‘caso Arganda’ y la compra del ático, y se le relaciona con el hecho de que nunca González y su ático hubieran aparecido en los informes policiales. Es más se desvela en el artículo otro hecho que extrañamente había pasado desapercibido hasta ahora: la hija del comisario, María Pino, cuando se produjo el pelotazo, era teniente de alcalde de Arganda. Tampoco ella aparece en ninguno de los informes policiales sobre el caso.

Claro, que no deja de ser extraño también que se olvide en las informaciones que también en el ayuntamiento estaba entonces ya Pablo José Rodríguez Sardinero, el concejal que sustituyó al alcalde de Arganda cuando éste cayó imputado por su participación en el asunto… Curiosamente el mismo Rodríguez Sardinero que, como contábamos en ELPLURAL.COM el pasado día 23, ahora ha sido elegido por Cristina Cifuentes para formar en la gestora con la que está desembarcando en la dirección máxima del PP madrileño.

De nuevo, volvemos al comienzo del artículo, la expectación ante la tardanza del juez de la Mata en cerrar el sumario de esta pieza separada no para de crecer.