La sentencia de los ERE ha provocado una auténtica marejada política. Los partidos de la oposición atacaron rápidamente al PSOE y exigieron a Pedro Sánchez que depurara responsabilidades. PP y Ciudadanos recordaron la moción de censura impulsada por el presidente del Gobierno en funciones y pidieron al socialista que, como entonces, a tenor de la vara de medir que él mismo había impuesto, diese la cara y aclarara cuál sería su forma de proceder tras el duro varapalo judicial a la corrupción de su partido en la Junta de Andalucía.

Pasadas 24 horas, los ojos se ciernen sobre Susana Díaz, la líder de los del puño y la rosa en Andalucía vio cómo ayer sus dos predecesores eran sentenciados por la Justicia. José Antonio Griñán fue condenado a seis años de cárcel y 15 de inhabilitación, mientras que su predecesor, Manuel Chaves, tuvo una pena de nueve años de inhabilitación.

Tanto Chaves como Griñán se dieron de baja del PSOE en el año 2016 tras su inculpación durante la instrucción del caso. Ambos gobernaron la Comunidad durante 23 años, el primero de 1990 a 2009 y el segundo tras sucederle desde este año hasta 2013.

Ahora, el puesto de la hija política de sendos dirigentes queda en manos de la militancia. O al menos eso es lo que se ha desprendido de las declaraciones del portavoz del partido en el Senado, Ander Gil. "El futuro de Susana Díaz y del Partido Socialista andaluz lo decidirán los militantes, creo que es la militancia la que tiene que tomar las riendas de las grandes decisiones del partido, respetaremos lo que se decida", ha señalado.

El buen hacer de la política andaluza, uno de los pilares de la vieja guardia del socialismo, ha quedado en entredicho en el último año. Con el aparato a su favor, la dirigente fue incapaz de ganar a Pedro Sánchez en las primarias del partido después de que el actual secretario general del partido renunciara a su acta de diputada para no facilitar la investidura de Mariano Rajoy. Poco después, Díaz perdió el Gobierno en Andalucía, bastión de los socialistas durante 40 años. Ahora, los ERE vuelven a dar un rejón a sus aspiraciones, cada vez más mermadas por la crítica.

Desde Andalucía cierran filas

De forma contraria a lo expuesto por Ander Gil, Juan Cornejo, número dos del PSOE-Andalucía, ha salido en defensa de su cabeza de cartel asegurando que “ya se asumieron todas las responsabilidades políticas y no existe nadie en la vida pública, ni en las instituciones ni en el partido de los que tuvieron algo que ver con el llamado caso de los ERE".

Cornejo ha catalogado de “milongas” los cantos de sirena que apuntan hacia la destitución de Susana Díaz: “Existe verdadera coordinación, comunicación total y fluida entre la dirección regional y federal. Ayer estuvimos en contacto en todo momento, yo hablé con Ábalos y Susana Díaz habló con Pedro Sánchez. No sé de dónde sale o qué interés puede tener alguno en abrir un debate donde no existe", ha criticado.