Cameron, tras la segunda reunión del gabinete de crisis que formó a su regreso precipitado de las vacaciones, ha hecho este anuncio después de advertir que no va a permitir que se imponga en las calles “la cultura del miedo” y amenazar a los que ha calificado de “delincuentes” con utilizar las imágenes recogidas por las miles de cámaras que hay en las calles de las ciudades inglesas para “foto a foto, identificarles y detenerles” con la intención de que “sean enviados a prisión”.

En el Reino Unido hay un problema moral
Según el análisis del premier británico, en estos días se ha mostrado “lo peor” de su país porque “hay un problema moral”. "Nos enfrentamos a algo completamente nuevo pero que es un problema persistente", ha dicho Cameron y ha advertido que “haremos lo que sea necesario para resolverlo”.

El líder conservador inglés ha insistido en que su prioridad ahora es la recuperación del orden. No ha hablado de la situación social en los barrios más afectados, ni de problemas raciales ni de exclusión, sino que a la hora de identificar las causas del problema que alimenta los disturbios ha señalado que “el problema es la falta de responsabilidad, pero también de educación, ética y moral”.   

Menos incidentes en Londres, pero más violencia en otras ciudades
Estas declaraciones de David Cameron vienen alimentadas por una nueva noche de violencia. Y es que si bien en Londres la noche ha sido relativamente tranquila, en otras ciudades del norte, en especial Birmingham y Manchester, los enfrentamientos se han agravado en número e intensidad.

"Creen que no habrá consecuencias –ha advertido el jefe del ejecutivo británico-, pero sí las habrá",  y después de avisar que "la policía tiene recursos necesarios", en referencia al nuevo material antidisturbios que se les va a permitir utilizar, concluyó que se pedirán esfuerzos a la Justicia y a las cárceles para que ningún delincuente se libre de la prisión.