Este miércoles se cumplen diez años de la aprobación de la Ley de Igualdad. Una norma que contó con el apoyo de todo el Congreso allá por 2007, salvo la abstención del Partido Popular, y que consagró la total equidad entre hombres y mujeres, y que ya venía recogida en la Constitución de 1978, en todos los aspectos de la sociedad.

Esta norma, junto con la Ley contra la Violencia de Género, supusieron un hito en el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que desde que fue elegido siempre tuvo un gran apoyo de movimientos de mujeres.

El expresidente aseguró en su discurso aquel 15 de marzo de 2007 que esta ley estaba “llamada a transformar, a transformar para bien, a transformar radicalmente y para siempre la sociedad española”. Pero, ¿esto se ha producido?

Sobre el aniversario de la ley y si ésta ha conseguido transformar la sociedad española hablamos con Ana María Pérez del Campo, activista feminista, experta en derecho matrimonial y que creó en 1973, durante los últimos años del franquismo, la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas.

¿Qué es la Ley de Igualdad y qué supuso para España?

Esta es una ley de vocación trasformadora, como lo fue la Ley de Medidas Contra la Violencia de Género. Pero las leyes para que sean efectivas hay que aplicarlas e interpretarlas en el sentido que tienen. Si no, lo único que tenemos es un bonito florero.

En su discurso que el presidente José Luis Rodriguez Zapatero dijo el día que se aprobó la Ley de Igualdad, afirmó que ese era “el primer día de una sociedad distinta”. Diez años después, ¿es la española una sociedad distinta?

El presidente Zapatero confiaba en aplicar la Ley en consonancia con la normativa que en ella se esgrimía, pero la realidad ha sido muy distinta. Sigue habiendo una brecha salarial espantosa entre hombres y mujeres, siguen existiendo víctimas, o mejor dicho perjudicadas, por esto.

Nuestra petición es que los jueces cumplan la Ley en todo el sentido que tiene de transformación de la sociedad. Mientras la sociedad siga siendo igual porque no se aplica debidamente la normativa, lo que hacemos es poner flores encima de la mesa, pero no cambiar la mesa.

¿En qué casos concretos cree que no se ha llegado a aplicar la Ley de Igualdad?

Estamos hablando de una Ley que lo que recoge es igualdad y equiparación. Equiparación significa lo mismo, el mismo salario, la misma responsabilidad social… entre hombres y mujeres. Si la aplicación de esta ley no se hace con la debida contundencia y con la aplicación adecuada tenemos una bonita legislación que no sirve para nada. No hay que cambiar la Ley, hay que aplicarla en todos sus términos.

En 10 años, ¿dónde está la igualdad que reclama y persigue esta ley? La igualdad que las mujeres llegan siglos reclamando. ¿Por qué aún la Igualdad no es una realidad en nuestro país?

Juzgar significa aplicar la normativa legal e interpretarla. El fallo está en la interpretación. Si alguien no cree en la igualdad, aunque tenga que aplicar una ley, su interpretación va a ser contraria a los propósitos transformadores de esa ley.

Entonces el problema aún sigue en las propias personas individualmente, en que aún no creemos en la igualdad.

Así es. Tenemos 24 muertas desde principios de año por violencia de género. No solamente es que no hay igualdad, es que los hombres que están matando, que afortunadamente no son todos, cada vez matan más y con menores consecuencias.

Tenemos que decir a los hombres que creen y defienden la igualdad que tiene nque pronunciarse, esta no es una lucha de mujeres, es de mujeres y de hombres, como el racismo no fue una lucha de los hombres de color, sino de aquel que tenía conciencia que verdaderamente la igualdad es de cuello para arriba y no de color de piel o sexo.

La Ley preveía medidas sobre la igualdad en el empleo, la formación y la promoción profesional o la protección frente al acoso laboral. Pero estas medidas requieren una actuación y una intención directa por parte del Gobierno. ¿Cómo ve esta actuación?

A la vista de lo que está sucediendo, verdaderamente las que han pagado más cara la crisis han sido las mujeres, algo que me parece una broma muy pesada y, sobre todo, un hacer que se hace para no hacer nada. Eso es lo que creo que hace el Gobierno.

Pero vuelvo a hacer un llamamiento a los hombres, porque necesitamos que esta lucha sea la lucha de mujeres y de hombres por una sociedad distinta donde el sexo no signifique que alguien tiene poder y que el contrario no.

Debemos llevar la igualdad hasta sus últimas consecuencias desde la guardería hasta el título académico. Esta sociedad, tal y como está, nunca va a aplicar la igualdad. Los principios y los valores son los que realmente hacen que una sociedad sea justa, equitativa e igual.

Pero esto nos llevaría también al cuestionamiento del capitalismo, la sociedad que quiere y debe ser igual tiene que repartir las posibilidades y riquezas, tiene que hacerlo entre los ricos y los pobres, los que trabajan y los que no, los que viven en un palacio y no se han enterado o los que entran en un garaje y no se dan cuenta que hay coches despampanantes. La desigualdad es la madre de toda corruptela y de toda corrupción.

Viendo que ya han pasado 10 años de la aprobación de esta Ley que incluye tanto pero que, en el fondo, parece que la sociedad no la ha interiorizado, ¿cuántos años cree usted que deberían pasar para que esto pase?

Tenemos que llevar la igualdad a las escuelas, como ya he dicho, desde la guardería. Pero, además, no se cumple la igualdad porque nuestra sociedad no quiere cumplirla, y cuando esto pasa se puede poner un traje muy bonito, pero no significa que esa persona haya crecido en el sentido que indica su vestimenta.

Lo mismo pasa con el Gobierno que no quiere escuchar, no quiere cambiar. Pedimos una entrevista con la ministra de Sanidad e Igualdad cuando fue nombrada. A la primera carta no respondió. A la segunda carta no respondió. Ahora voy a mandar la tercera.

Entonces usted piensa que, directamente, este Gobierno no va a dar ningún paso por la igualdad.

Hasta la fecha no lo ha dado. Las leyes las hizo Zapatero, pero quien tiene que llevarlas a la práctica ahora es el Gobierno, y éste no lo hace.

Y, además, hay que formar a la judicatura. La justicia debe ser también consciente que el primer principio de justicia es la igualdad, la equidad, la equiparación, y si no la practican están incumpliendo su misión.

Al igual que vosotros, los periodistas, sois esenciales en las transformaciones sociales. No se trata de hacer reallity shows, se trata de hablar con la seriedad de un caso en el que una parte de la sociedad maltrata a otra.