La gran victoria de su admisión en la UNESCO –una de las más importantes y visibles agencias de la ONU- como miembro de pleno derecho ha animado a la Autoridad Palestina (AP) a buscar su aceptación en otros dieciséis organismos internacionales dependientes de Naciones Unidas. Los primeros pasos se encamina hacia la OMS, Organización Mundial de la Salud, la OMT, Organización Mundial del Trabajo o la Agencia Internacional de la Energía Atómica, AIE.

Reacción americana
Washington, disgustado por la prueba de independencia de 107 estados que votaron a favor de Palestina, no ha dudado en tomar represalias contra la UNESCO y le ha retirado su aportación económica (22 por ciento del presupuesto). La iniciativa supondrá un grave daño para las actividades del organismo pero las superará. Ya el presidente Ronald Reagan sacó a los Estados Unidos de la UNESCO por votaciones que no fueron de su agrado y la organización sorteó las dificultades.

Las explicaciones, que no justificaciones, de los partidarios de Obama y su sincera aproximación al mundo árabe es que se encuentra en pleno desafío para la reelección y que esto le obliga a ser muy cauto en asuntos israelíes. El presidente tiene que batallar con un Congreso y una opinión pública totalmente pro-israelí y no debería ignorar la fuerza del “lobby judío”.

Represalias israelíes
La reacción del gobierno ultranacionalista de Netanyahu es, una vez más, desmedida. Contra la UNESCO prohibiendo sus actividades en Israel y contra los palestinos con una batería de medidas muy duras: retener el dinero de las tasas recogidas por Israel para la AP durante el mes de Octubre y que está destinado a pagar a los funcionarios de las fuerzas de seguridad palestinas; también se van a retirar los permisos de circulación por su propio territorio a personalidades políticas de Cisjordania y lo último y lo más importante la construcción de 2.000 viviendas en Jerusalén oriental ( la parte de la ciudad destinada desde la Partición a ser la capital del futuro Estado Palestino), concretamente en las colonias, edificadas represalia tras represalia, de Gush Etzim y Maaleh Adumin.

Los argumentos
Para el gobierno israelí las iniciativas palestinas destinadas a hacerse visibles en los organismos internacionales son atentados contra las negociaciones de paz bilaterales, único camino –según ellos- para lograr un genuino y durable acuerdo.

Este argumento, esgrimido también por Washington, está destinado a ganar tiempo y construir (nunca mejor dicho) una nueva realidad de población sobre el terreno que dificulte la creación de un Estado viable en Palestina. De hecho, desde que se mantiene la ficción de las negociaciones “de paz” el mapa de Cisjordania se ha convertido en un auténtico queso Gruyère en el que los agujeros, cada vez más grandes, son los asentamientos, las colonias israelíes que impiden un desplazamiento razonable de los palestinos por su propio territorio.

Aislamiento de Israel
El muy moderado presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha vuelto a reiterarlo: “Israel ha acelerado la destrucción del proceso de paz al aumentar la construcción de colonias en los territorios ocupados, territorios en los que debería asentarse el nuevo Estado Palestino”.

La votación en la UNESCO acaba de reflejar el apoyo mayoritario del mundo a la existencia legal de ese nuevo miembro de la comunidad internacional y destaca el creciente aislamiento de Israel que de nuevo ignora la opinión pública internacional, los cambios democráticos en el mundo árabe y las victorias morales y políticas de sus adversarios.

Israel que nació como Estado de una decisión de las Naciones Unidas niega esa misma oportunidad a los palestinos.

Elena Martí es periodista y analista política