Esta será la legislatura en la que España reconocerá al estado de Palestina. Así de contundente se mostró el presidente del Gobierno en el primero de sus discursos de la sesión de investidura, donde desgranó detalladamente su hoja de ruta y se comprometió con una causa históricamente apartada convenientemente del debate público. No obstante, esta vez, no sin ser presionado por los socios de coalición -especialmente duros han sido desde Podemos, con Ione Belarra al frente-, Sánchez usó su promesa internacional como uno de los apartados dentro de la exposición de motivos con la que trataba de persuadir a la mayoría variable del Congreso.

Esta firme postura, que genera esperanza en la Embajada y temor en ciertas organizaciones, que no acaban de creerse la palabra del presidente, ha generado multitud de réplicas: desde la postura del PP, que pide al Gobierno no ejercer por libre sin el quórum de los Veintisiete, hasta la de Podemos, que, aprovechando la salida del Consejo de Ministros de sus dos puntas de lanza, Ione Belarra e Irene Montero, ha denunciado que han quedado fuera del reparto ministerial precisamente por las presiones ejercidas por su formación desde que estallase el conflicto en Oriente Próximo.

Con lo nacional sobre las espaldas, y 24 horas más tarde de la celebración de la primera reunión del nuevo gabinete, Sánchez ha escogido viajar a la zona 0 del conflicto como primer viaje internacional de la legislatura. Se reunirá con ambas partes, escuchará y verá las consecuencias de la guerra. No obstante, la voluntad es firme: Netanyahu será conocedor de las voluntades españolas.

No en vano, la prensa israelí ya ha empezado a calentar la visita del presidente. Concretamente, los medios hebreos han aprovechado la conformación del Gobierno para depositar sus miradas en dos de los nuevos ministros, Ernest Urtasun (Cultura) y Sira Rego (Juventud e Infancia). Ambos, en su posición de eurodiputados, han denunciado el apartheid al que históricamente Palestina ha sido condenado por la ocupación israelí, negándose, como solicitaban mandatarios europeos como Ursula von der Leyen, a blanquear los bombardeos y justificar la matanza indiscriminada de civiles que Israel ha pertrechado en reivindicación de su “legítima defensa” tras ser atacada por Hamás.

 Sánchez aterrizará en Tel Aviv, además, en un momento crucial en las negociaciones entre Israel y Palestina. El pequeño armisticio pactado entre ambas partes -cuatro días de alto al fuego y ayuda humanitaria a cambio de la liberación de 50 retenidos- se ha retrasado, al menos, hasta este viernes. Todo tras una noche de negociaciones en la que el Gobierno de Netanyahu acusa a Palestina de no haber notificado a Catar, país que ejerce la mediación, el nombre ni el perfil de las cincuenta personas que serán liberadas.

Albares deberá rendir cuentas en el Congreso

No solo la actitud del presidente del Gobierno será fiscalizada por la oposición y por el resto de partidos que conforman el arco parlamentario y aportan estabilidad a la actividad legislativa que emana de Moncloa. Una vez aprobado, este martes, el calendario de sesiones del Congreso de los Diputados por el órgano rector de la Cámara, presidido por la socialista Francina Armengol, se pudo conocer que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, deberá comparecer el próximo día 5 de diciembre para explicar la postura que está adoptando el gobierno español en el conflicto.

En esta intervención, el plenipotenciario de la cartera implicada, que repite en su cargo, podrá detallar los próximos pasos que se prevén en el Consejo de Ministros, dar cuenta sobre las diferentes versiones que emanan desde ambas partes de la coalición, rendir cuentas sobre el envío de ayuda humanitaria, explicar las interioridades de la visita de Sánchez y actualizar el número de personas que han sido repatriadas desde Gaza por las distintas aeronaves del Ejército enviadas para la ocasión.

El conflicto en Gaza, de hecho, marcaba este mismo martes un encuentro de los países del MED9 - España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Malta, Chipre, Eslovenia y Croacia-. Tras este encuentro, el ministro se mostró dispuesto a explorar el reconocimiento del estado palestino, pero, no obstante, bajando las expectativas que había generado el presidente durante su discurso de investidura, evitó poner plazos concretos.

De hecho, cinceló su discurso en palabras muy europeas: unidad, diálogo y coordinación, apostando así por un reconocimiento coordinado con socios europeos para evitar desmarcarse de la línea oficial marcada por la UE.