Portugal aplica desde este miércoles nuevas restricciones contra el Covid-19. La entrada en vigor del Estado de Calamidad, anunciado la semana pasada, supondrá la entrada de otras duras restricciones para contener los contagios, según ha adelantado el primer ministro, António Costa. 

Por esta razón, la mascarilla vuelve a ser de uso obligatorio en espacios cerrados, así como la exigencia del pasaporte covid para acceder con mayor seguridad a locales de hostelería o de ocio como gimnasios; asimismo, este documento también será solicitado en las fronteras terrestres del país, mientras que aquellos viajeros que aterricen en avión deberán presentar un test negativo. Todas estas nuevas medidas se reactivaron la pasada medianoche. 

A pesar de que el Estado de Calamidad se encuentra a un nivel inferior que el de emergencia, refleja la actuación con carácter urgente de las autoridades portuguesas por frenar los descontrolados contagios del virus entre la población, una situación que ha ido recogiendo más preocupación por el preocupante estado del resto de países europeos, al igual que la aparición de la variante sudafricana Ómicron. Respecto a esta cuestión, Portugal ya ha suspendido todas las conexiones aéreas con Sudáfrica debido a las primeras hipótesis que indican que esta nueva cepa sería más transmisible, a pesar de que la sintomatología no es diferente del resto de las que circulan actualmente. 

El recuento de contagios diario ha propulsado la puesta en marcha del Estado de Calamidad, debido a que el país ha registrado este miércoles 4.670 casos en un día, una cifra que no se registraba desde el pasado mes de febrero. Los datos desde el inicio de la pandemia en el país reflejan actualmente más de 1,1 millones de infectados y 18.400 defunciones con diagnóstico positivo. La tasa de ocupación hospitalaria también ha comenzado a agravarse, con 841 pacientes ingresados, 116 de ellos en unidades de cuidados intensivos (UCI).

El país "no está tan bien como querría estar", ha reconocido Costa. "Siempre debemos estar atentos para tomar nuevas medidas, si es necesario. Así hemos estado viviendo los últimos dos años y hemos logrado resistir, aunque ha sido difícil para todos", proseguía el primer ministro. Por lo tanto, el gobierno portugués ya ha adelantado que el teletrabajo será obligatorio en la primera semana de 2022, siempre que sea posible, mientras que el ocio nocturno permanecerá cerrado.

Cabe destacar que estas restricciones se producen en un marco de prevención y actuación inmediata, teniendo en cuenta que Portugal es uno de los países europeos con la mayor tasa de vacunación junto con Irlanda, con más del 87% de su población con la pauta completa de la vacuna, según datos de Our World in Data.