La futura cúpula de la Policía de Brasil que nombre el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, podría llegar a analizar los ordenadores de las autoridades de seguridad ante el temor de que funcionarios afines al actual presidente, Jair Bolsonaro, instalen programas espía.

Así lo ha reconocido al diario 'O Globo' un interlocutor de Lula, que justifica el temor del equipo del próximo mandatario en la afinidad mostrada entre el propio Bolsonaro y el sector más conservador de la Policía Federal a lo largo de los últimos cuatro años.

Asimismo, Bolsonaro nunca negó su intención de colocar a personas afines con su ideología y postulados en algunos de los puestos más destacados de las autoridades de seguridad y justicia. De hecho, el Tribunal Supremo llegó a rechazar el nombramiento de Alexandre Ramagem al frente de la Dirección General de Policía por su excesiva proximidad con la familia del presidente.

Por tanto, el equipo de Lula se ha podido llegar a plantear inspeccionar a fondo los ordenadores para comprobar si el presidente saliente llegó en algún momento a utilizar la institución de la Policía como una suerte de "servicio de inteligencia privado".

Aunque el presidente electo todavía no se ha pronunciado sobre quién será el director general de la Policía, medios de comunicación brasileños apuntan a que el principal candidato podría ser Andrei Passos, quien fuera jefe de seguridad de la formación política de Lula, el Partido de los Trabajadores, durante la campaña electoral.

El PT insiste a Lula en Fernando Haddad para ocupar la cartera de Hacienda

Por otra parte, dentro del seno del Partido de los Trabajadores (PT) están presionando al presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para que coloque al frente del Ministerio de Hacienda a Fernando Haddad, quien ya ocupó con él la cartera de Educación en su primer mandato, como manera de darle visibilidad para su posible candidatura para las elecciones presidenciales de 2026.

Haddad, quien no pudo vencer en estas elecciones a gobernador de Sao Paulo, es uno de los nombres que suenan para ocupar alguna de las nuevas carteras. Junto al suyo están los de la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, o el de viejos conocidos como los exministros Alexandre Padilha, Aloizio Mercadante y Marina Silva.

Desde el PT defienden la presencia de Haddad en algún ministerio importante como forma de obtener relevancia y allanar el camino a su posible candidatura a las presidenciales de 2026 a las que Lula ya ha dicho que no se presentará.

La idea del nuevo gobierno de Lula de poner en marcha políticas de construcción de obras públicas para generar puestos de trabajo podría ayudar a Haddad a mostrarse como un candidato idóneo para asumir la Presidencia en un futuro, aunque el riesgo está en una eventual crisis económica.

Quien ocupará el Ministerio de Hacienda sigue siendo una de las principales incógnitas del nuevo equipo de un Lula que ya en campaña señaló que prefería a una persona con alto perfil político, capaz de negociar las propuestas del gobierno con uno de los congresos más conservadores de las últimas décadas que le esperan.

En ese sentido, Haddad no estaría entre los candidatos debido a su escasa experiencia en este ámbito, por lo que suenan otros nombres como los senadores electos Wellington Dias y Camilo Santana; el gobernador da Bahía, Rui Costa; el ya mencionado Padilha, ministro de Salud con Dilma Rousseff; e incluso quien será su vicepresidente, Geraldo Alckmin.

En caso de que Lula se decante por un perfil más técnico para esta cartera, el diario 'O Globo' sostiene que son los expresidente del Banco Central Henrique Meirelles y Pérsio Arida quienes más posibilidades tienen.