La reciente escalada de tensiones en Oriente Medio ha alcanzado un punto crítico tras el ataque sin precedentes de Irán a Israel este sábado. La ofensiva, que incluyó más de 170 drones y 150 misiles, es una respuesta directa al ataque contra el Consulado iraní en Damasco, Siria, hace dos semanas. De hecho, el Gobierno de Irán ha apelado a su derecho a la autodefensa para justificar la acción y su delegación ante la ONU ha llegado a decir que, por ellos, este cruce de ataques puede darse por "concluido", en un llamamiento velado a Israel para que se abstenga de una contrarréplica.

El ataque de Irán, que se llevó a cabo a última hora de la noche, marca un cambio significativo en la estrategia del país, que tradicionalmente ha utilizado grupos armados como Hezbolá para llevar a cabo operaciones contra Israel. La comunidad internacional ha quedado sorprendida por este cambio de táctica, que eleva la tensión al máximo entre estos dos enemigos históricos.

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“Netanyahu buscaba este escenario por razones de política nacional. Necesitaba colocar en la agenda internacional la amenaza iraní para desviar la atención de los últimos acontecimientos en Gaza. Su estrategia para acabar con Hamás no lo estaba consiguiendo, por tanto, necesita volver al comodín de Irán. Con ello, busca apoyo diplomático y reafirmar el apoyo de Estados Unidos, país que tendrá unas elecciones presidenciales próximamente, para mantener su acción política”, subraya a ElPlural.com Daniel Bashandeh, analista político especializado en Oriente Medio. 

Edificios destruidos por los bombardeos del Ejército de Israel contra el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. EP.
Edificios destruidos por los bombardeos del Ejército de Israel contra el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. EP.

La comunidad internacional, en alerta

La comunidad internacional ha reaccionado con una mezcla de condena y preocupación tras el ataque de Irán a Israel. El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una sesión de emergencia a petición de Israel.

Los dirigentes de las principales instituciones europeas, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han pedido evitar "una mayor escalada" en Oriente Próximo y han condenado los ataques. En concreto, Von der Leyen ha hecho un llamado a Irán y sus aliados a "cesar inmediatamente estos ataques" y a "todos los actores" a "abstenerse de una nueva escalada y trabajar para restaurar la estabilidad en la región". Por su parte, Charles Michel ha instado a "hacer todo lo posible para evitar una nueva escalada regional" y "más derramamientos de sangre".

Por su parte, el Ejército de Israel ha asegurado este domingo que responderá "con acciones, no con palabras" a los ataques. "Responderemos a Irán con acciones, no con palabras", ha dicho el portavoz en farsi del Ejército israelí, Kamal Penhasi, en declaraciones al portal opositor Iran International. Asimismo, la cuenta en farsi de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha publicado un mensaje en X en el que dice que "toda acción tiene una reacción, no con palabras, sino con acciones".

“A partir de ahora, está por ver cómo responderá la comunidad internacional a los argumentos de Irán alegando la legítima defensa. El régimen iraní ha dado por concluida la respuesta. Por tanto, ahora la expectativa está en que hará Israel. En gran parte, cualquier acción dependerá de los apoyos internos y externos que reciba”, destaca Bashandeh.

Irán marca un precedente frente a Israel en caso de nuevos ataques. Es un aviso a navegantes

“Con este ataque el régimen iraní vuelve a recuperar una credibilidad frente a Israel. Se reequilibran las fuerzas en la región. Está claro que una escalada de tensiones no beneficia a la estabilidad regional. Irán marca un precedente frente a Israel en caso de nuevos ataques. Es un aviso a navegantes. Una de las claves más importante es la siguiente: de continuar con la escalada, Irán podría volver a retomar con más intensidad el tema nuclear como medida de disuasión frente a Israel y EEUU. De esta forma, Irán volvería a marcar la agenda internacional y apostar por otro recurso de disuasión más allá de la presencia fuera de sus fronteras. Cada acción de la República Islámica será calculada con el objetivo de mantener el poder en Irán. Y tal y como se han dado los acontecimientos, Irán podría alegar que es el último recurso para salvaguardar sus fronteras”, recalca el experto.

El orígen de la enemistad entre Irán e Israel

Para entender la magnitud de esta confrontación, es crucial examinar su trasfondo histórico con mayor detalle. Antes de 1979, las relaciones entre Irán e Israel eran más que simplemente cordiales; de hecho, se podría argumentar que eran cooperativas. Durante el régimen del Shah de Irán, Mohammed Reza Pahlevi, Israel e Irán compartían intereses estratégicos en la región, incluida la contención del panarabismo y la lucha contra la influencia soviética.

Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979, liderada por el Ayatolá Jomeini, marcó un punto de inflexión radical en la política exterior iraní. La llegada al poder de un gobierno teocrático, basado en los principios de la revolución islámica y en el rechazo a las potencias occidentales, cambió drásticamente el panorama regional. Irán, bajo el liderazgo de Jomeini, declaró a Israel como un enemigo fundamental y renunció a lazos diplomáticos y colaboraciones previas.

Ali Jamenei, el líder supremo de Irán. EP.
Ali Jamenei, el líder supremo de Irán. EP.

Desde entonces, la retórica antiisraelí ha sido una constante en el discurso oficial de Irán, que considera al Estado judío como un ente ilegítimo en la región y aboga por su eliminación. Esta postura radical ha alimentado la hostilidad entre ambos países y ha llevado a Irán a apoyar activamente a grupos militantes que luchan contra Israel, como Hezbollah en el Líbano y Hamas en la Franja de Gaza.

Por otro lado, Israel percibe a Irán como una amenaza existencial debido a su compromiso con la destrucción del Estado judío y su apoyo a grupos armados que operan en sus fronteras. La creciente influencia iraní en países vecinos como Siria también ha generado preocupaciones en Israel, que ve en la presencia militar iraní una amenaza directa a su seguridad nacional.

“Más allá del enfrentamiento ideológico que permite a los dos países utilizar el recurso de la confrontación, también hay una rivalidad económica. Pese a las sanciones, Irán es un país clave en términos energéticos y con un tejido industrial que puede hacer frente a la economía israelí. Esta es otra de las razones por las que Israel e Irán tienen un enfrentamiento y que también ayuda a explicar la política de sanciones”, apostilla Bashandeh.

La omnipresencia de Estados Unidos en el conflicto

El papel de Estados Unidos en el conflicto entre Irán e Israel es fundamental y complejo, marcado por una alianza sólida y duradera con Israel y una política de confrontación hacia Irán. Desde la fundación del Estado de Israel en 1948, Estados Unidos ha sido su principal aliado y defensor en el escenario internacional. Esta alianza se basa en una serie de intereses compartidos, incluida la seguridad regional, la estabilidad política y el compromiso con los valores democráticos.

La relación entre Estados Unidos e Israel ha sido históricamente estrecha, con fuertes lazos políticos, militares y económicos. Estados Unidos ha proporcionado a Israel un amplio apoyo militar y financiero a lo largo de los años, lo que ha fortalecido su posición como la principal potencia militar en Oriente Medio. Este apoyo incondicional ha sido un factor clave en la capacidad de Israel para resistir las amenazas externas y mantener su seguridad nacional.

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Además del apoyo directo a Israel, Estados Unidos ha adoptado una postura confrontacional hacia Irán, especialmente desde la Revolución Islámica de 1979. La enemistad entre Estados Unidos e Irán se ha intensificado en las últimas décadas, marcada por conflictos como la crisis de los rehenes de 1979, el apoyo de Irán a grupos militantes en la región y el desarrollo del programa nuclear iraní.

La administración estadounidense bajo el mandato de Donald Trump adoptó una política de máxima presión hacia Irán, retirándose del acuerdo nuclear de 2015 y reimponiendo sanciones económicas severas. Esta política contribuyó a aumentar las tensiones en la región y agravó aún más la confrontación entre Irán e Israel.

Además del conflicto directo entre Irán e Israel, el papel de Estados Unidos en la región ha contribuido a la desestabilización de países como Siria e Irak. La intervención militar de Estados Unidos en Irak en 2003 y su apoyo a grupos rebeldes en Siria han contribuido al caos y la violencia en ambos países, creando un terreno fértil para la influencia iraní y el surgimiento de grupos extremistas como ISIS.

¿Y ahora qué?

Las perspectivas futuras tras el ataque de Irán a Israel son inciertas y dependen de múltiples factores geopolíticos y decisiones estratégicas de los actores involucrados. A corto plazo, es probable que veamos un aumento en la diplomacia internacional, con esfuerzos para desescalar la situación y evitar una guerra abierta. Las potencias mundiales, incluidos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, probablemente ejercerán presión sobre ambas partes para que se sienten a negociar.

A medio plazo, podríamos ver un fortalecimiento de las alianzas regionales. Países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que comparten la preocupación por la influencia de Irán en la región, podrían buscar una cooperación más estrecha con Israel, a pesar de las diferencias históricas. Esto podría llevar a una nueva configuración de poder en Oriente Medio, donde los enemigos tradicionales se unen frente a amenazas comunes.

A largo plazo, la estabilidad de Oriente Medio dependerá de la capacidad de sus líderes para abordar las causas subyacentes de los conflictos, como la competencia por recursos, las rivalidades sectarias y las disputas territoriales. La comunidad internacional podría desempeñar un papel crucial en la promoción de soluciones sostenibles, proporcionando apoyo económico y técnico para la reconstrucción y el desarrollo, y facilitando diálogos inclusivos entre las partes.

Cualquier escalada en Oriente implica directamente la seguridad internacional por los intereses económicos y energéticos. La comunidad internacional tiene la oportunidad de hacer valer el derecho internacional

“La diplomacia no ha existido en la rivalidad entre Irán e Israel. No hay voluntad por ambas partes ya que la confrontación es mucho más efectiva para reforzar los liderazgos internos. Tampoco las potencias o la comunidad internacional han demostrado apostar por los mecanismos de resolución pacífica. Se intentó con el acuerdo nuclear que dio oxígeno a la economía iraní y limitaba las aspiraciones nucleares, pero Donald Trump dio por terminado el acuerdo con Irán. Desde entonces, las posiciones están alejadas. Sin embargo, con estos últimos acontecimientos, demuestran que es importante apostar por la diplomacia y rebajar las tensiones para evitar un conflicto abierto. Cualquier escalada en Oriente implica directamente la seguridad internacional por los intereses económicos y energéticos. La comunidad internacional tiene la oportunidad de hacer valer el derecho internacional. Pero está claro que las potencias intentarán instrumentalizar este conflicto e intentarán arbitrar a favor o en contra de una escalada según sirvan a sus intereses”, sentencia Daniel Bashandeh.

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