Nuevas horas y media en las que ha habido filtraciones, recesos e incluso un abandono que da muestra del protagonismo obtenido por Pedro Sánchez en la reunión del Consejo Europeo. No ha sido una cumbre fácil de resolver, pero el presidente tenía claro que tocaría remangarse y luchar cada milímetro de las negociaciones sin perder de vista el objetivo final: las soluciones al auge desmedido de la energía y los combustibles debían salir strictu sensu de Europa, como ya sucediera con el plan Next Generation o los programas de desescalada de la pandemia.

“Es un acuerdo que cumple las expectativas”, ha indicado el presidente. Finalmente ha habido entendimiento, y todo tras una gira europea en la que el propio Sánchez ha constatado que Europa sigue dividida en dos bloques contrapuestos en intereses: por un lado el flanco sur, unido desde el primer momento en la vía para aportar soluciones a esta crisis energética; frente a ellos, los países frugales, a los que además se ha unido Alemania, mismos actores que los que pusieron contra las cuerdas los 140.000 millones de euros que nuestro país recibirá tras el acuerdo obtenido por los fondos europeos.

El primer plan del presidente se cimentaba en dos ejes principales: desacoplar el precio del gas sobre el recibo eléctrico y abrir una nueva cadena de suministros diversificando la procedencia del gas y erigiendo a Argelia como un socio preferente para convertir a España -con una gran capacidad de almacenaje y seis plantas de regasificación dentro del país- en el paso intermedio y necesario para hacer llegar el gas argelino al resto de la UE. Finalmente, y después de percatarse de que las reuniones mantenidas se complicaban en según qué países -la fecha clave fue el encuentro mantenido con el canciller alemán Olaf Scholz-, el propio Sánchez y fuentes de su entorno empezaron a hablar de un plan B que pasaba por el reconocimiento de los Veintisiete de la singularidad de España y Portugal en materia energética.

Finalmente, y tras nueve horas y media de reunión este viernes, conversaciones hasta altas horas el jueves y una posición firme y contundente del presidente, esta segunda opción ha conseguido el quórum del Consejo Europeo frente a la reticencia de los frugales. No se esperaba sencillo. Y no lo ha sido. Pedro Sánchez, de hecho, ha provocado que la reunión se parase durante cerca de 30 minutos después de denunciar que medios franceses habían conseguido información privilegiada gracias a una filtración de dudoso origen. “Lo que pasa en el Consejo se queda en el Consejo”, se ha limitado a señalar en rueda de prensa.

"España y Portugal a partir de ahora podremos poner en marchar medidas excepcionales para reducir el precio de la electricidad. Se tendrán en cuenta las condiciones especiales de España y Portugal, como es el escaso nivel de interconexión con Europa, que es del menos 3%", ha añadido Sánchez. "La Península Ibérica tiene una situación especial, una alta carga de renovables y muy pocas interconexiones. Por ello hemos acordado un tratamiento especial para que pueda gestionar los precios de la electricidad de la manera que hemos debatido en el Consejo", indicaba previamente La Moncloa.

Un triunfo que ha costado obtener, pero al que el Gobierno se apostó todas sus cartas. Sabían que era posible, que encontrarían críticos y que la situación estaba al 50%. “A cara de perro”, reconocían fuentes de Moncloa que serían las conversaciones. Horas más tarde de este pronóstico, y frente a todos aquellos que han puesto en duda la importancia de la diplomacia española en el exterior, Sánchez ha conseguido salir con una sonrisa, sintiéndose vencedor y dispuesto a culminar su éxito con un gran plan de respuesta económica a la situación derivada de la guerra de Ucrania.

La presentación de dicho plan de contingencia se realizará el próximo 29 de marzo, para desesperación de los transportistas y de la oposición, que no tendrán más remedio que acatar el calendario fijado por Moncloa para abordar una respuesta amplia a la salida de la crisis. Para contrarrestar sus críticas, y limar los detalles de la propuesta, el Gobierno ha estado reuniéndose desde principios de esta semana con el resto de grupos parlamentarios con representación en el Congreso de los Diputados, así como con las CCAA, a las que se les presentaron las líneas básicas de la propuesta en la Conferencia de Presidentes de La Palma, y los agentes sociales.