En su primer viaje oficial al Próximo Oriente, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se ha topado con un portazo diplomático, con la denegación de entrada a Israel por parte del país, impidiéndole aterrizar en Tel Aviv. El primer edil debía aterrizar este viernes por la noche, pero a última hora el alcalde ha recibido la noticia, por parte de las autoridades, de la revocación de su permiso para poder entrar al país hebreo.

El objetivo principal del viaje institucional era claro: estrechar lazos con alcaldes palestinos y reforzar proyectos de cooperación internacional entre ciudades, en el marco de diversos actos que se tenían previstos en el territorio.

Sin embargo, el veto ha llegado en un contexto cargado de tensiones políticas. Y es que hace apenas tres meses, el Ayuntamiento de Barcelona suspendió sus relaciones institucionales con el Estado hebreo, así como el hermanamiento con Tel Aviv.

Desde el consistorio, se justificó la medida apelando a principios de derechos humanos: “Hasta que se restablezca el respeto al Derecho Internacional y al Derecho Internacional humanitario, y se garantice el respeto a los derechos básicos del pueblo palestino.”

Lo que debía ser un gesto diplomático y de diálogo municipal ha acabado convertido en un nuevo capítulo de distanciamiento político. Un episodio que refleja cómo los conflictos globales se cuelan también en la agenda local, y cómo los principios que se defienden en casa pueden tener este tipo de consecuencias más allá de las fronteras.

Presión internacional por los asentamientos en Cisjordania

La tensión diplomática no se limita al caso del alcalde Collboni. De hecho, la presión internacional hacia Israel se ha intensificado en los últimos días tras conocerse los planes del Gobierno de Benjamin Netanyahu para expandir los asentamientos en la zona E1, en la Cisjordania ocupada.

Un total de 21 ministros de Asuntos Exteriores, entre ellos el español José Manuel Albares, han firmado una declaración conjunta exigiendo la cancelación inmediata del proyecto, que consideran una violación del Derecho Internacional.

Además, la protesta llega justo cuando Israel ha iniciado también una ofensiva militar en la Ciudad de Gaza, lo que incrementa aún más la preocupación global. Países como Francia, Japón y Reino Unido alertan de que estas acciones “alientan la violencia y la inestabilidad, lo que nos aleja un poco más de la paz”.

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