El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, ha contestado al magnate estadounidense Elon Musk después de que afirmara que su sistema de comunicación por satélite, Starlink, "asistirá en la conexión de las ONG de ayuda reconocidas por la comunidad internacional" y le ha advertido que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lo va a utilizar para "actividades terroristas".

"Israel va a usar todos los medios a su disposición para luchar contra esto. Hamás lo va a utilizar para actividades terroristas. No ha ninguna duda, nosotros lo sabemos, Musk lo sabe. Hamás es ISIS", ha dicho Karhi, a pesar de las reiteradas ocasiones en las que tanto el grupo palestino como medios de comunicación expertos en esta cobertura han dejado claro que sus relaciones con el Estado Islámico no son buenas. En la misma línea, Karhi ha señalado que "quizás Musk estaría dispuesto a condicionarlo con la liberación de nuestros bebés, hijos, hijas y ancianos secuestrados". "¡Todos ellos! Para entonces, mi oficina cortará cualquier vínculo con Starlink", ha avisado.

En respuesta, Musk ha argumentado que "no somos tan inocentes como para permitir que Hamás se beneficie de ello" y ha apuntado que "desde su mensaje, ninguna terminal de Starlink ha intentado conectarse desde Gaza", pero que si alguna lo hace, "se tomarán medidas extraordinarias para confirmar que solo se utiliza para razones humanitarias".  "Haremos un control de seguridad con los gobiernos de Estados Unidos y de Israel antes de encender una sola de las terminales", ha zanjado el empresario también dueño de Twitter (X) y Tesla.

 

 

Bombardeos cada vez más intensos

Los últimos días del conflicto han sido los más duros que ha sufrido el territorio gazatí en décadas. La guerra, que se avivó el pasado 7 de octubre tras el ataque con cohetes de Hamás a Israel, ha entrado ahora en una situación alarmante que amenaza con provocar una enorme catástrofe humanitaria, después de que Israel lleve su respuesta sobre Gaza a un extremo en el que el derecho internacional ha sido completamente vulnerado y varios miles de personas inocentes hayan muerto en consecuencia.

Para ser exactos, tras los últimos ataques israelíes, el Ministerio de Sanidad gazatí estima que la cifra de muertos asciende a 7.500, siendo el 40%, unas 3000, niños. Además, el ejército israelí ha anunciado una "expansión" de las operaciones terrestres en el enclave, donde ya han entrado tanques e infantería. El objetivo, según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es "derrocar a Hamás y restaurar la seguridad y la tranquilidad" en Israel. Sin embargo, la retórica del castigo colectivo sigue sobre la mesa, y numerosos agentes internacionales están comenzando a ponerse en contra de las "desproporcionadas" acciones israelíes y tildando de "genocidio" y "crímenes de guerra" a lo que están sufriendo los palestinos.

 

 

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha reiterado su apoyo al derecho de Israel a defenderse, pero también ha expresado su preocupación por la pérdida de vidas inocentes y ha instado a una reducción significativa de las hostilidades. Biden ha enviado a su secretario de Estado, Antony Blinken, a la región para tratar de mediar entre las partes y lograr una tregua duradera. A su vez, en las calles de varias ciudades del mundo se han producido manifestaciones en solidaridad con el pueblo palestino y en repudio a la agresión israelí. Los manifestantes han exigido el fin del bloqueo a Gaza, el reconocimiento del Estado palestino y el respeto a los derechos humanos. También han denunciado la complicidad de algunos gobiernos occidentales con Israel y han pedido sanciones contra el régimen sionista.

Por otro lado, el ejército de Israel ha advertido a los gazatíes que "se les está acabando el tiempo" para escapar de la ofensiva, y les ha llamado a abandonar sus hogares y dirigirse a zonas seguras. Pero huir no es tan fácil: las fronteras están controladas y bloqueadas por el propio Israel y por Egipto, y todo el territorio gazatí está derruido tras los constantes e indiscriminados bombardeos, por lo que muchos palestinos no tienen lugar al que ir. Además, las comunicaciones telefónicas e Internet están interrumpidas en Palestina, también por decisión de Israel, por lo que el mensaje de evacuación no llegará a su destino. Un mensaje que, además, se emitió en inglés a pesar de estar destinado a personas de origen árabe que ni siquiera iban a poder recibirlo por los cortes, por lo que se ha interpretado, más que como un aviso a los palestinos, como un producto más de la propaganda sionista.