Apenas una semana después de que el Senado argentino decidiera no legalizar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, una joven argentina de 24 años ha fallecido al realizarse un aborto ilegal con un tallo de perejil. Una de las razones aportadas por los defensores del aborto era, precisamente, evitar los abortos clandestinos y garantizar unos mínimos de seguridad e higiene para aquellas mujeres que no tienen posibilidades económicas para hacerlo en el extranjero. La no aprobación, ya se ha cobrado su primera víctima.

Así lo hizo público Eduardo Aguilar, senador por el Partido Judicialista y defensor de la regularización del aborto. "Liz, 24 años. Una nueva muerte por aborto clandestino en la Argentina. Lo dijimos el 8: podrá no haber ley, lo que seguirá habiendo son abortos; y si es sin ley, poniendo en riesgo la vida de las mujeres", ha escrito. 

El hospital Belgrano, en la ciudad argentina de San Martín, atendió de urgencia el pasado domingo a Liz, de 24 años, con un shock séptico y una infección generalizada tras haber intentado abortar con un tallo de perejil. Se le extirpó el útero y fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos. Sin embargo, su estado de salud era demasiado grave y este martes falleció.