La Confederación General del Trabajo (CGT) ha contabilizado este martes a cerca de 450.000 manifestantes en el marco de la décima huelga general contra la aprobada reforma de las pensiones, cifra que ha sido rebajada por las autoridades hasta las 93.000 personas.

Estas cifras representan, por tanto, una participación decreciente, ya que en la última jornada de huelga general, celebrada el jueves pasado, los sindicatos registraron al menos a 800.000 manifestantes frente a los 119.000 contabilizados por las autoridades francesas.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha precisado este martes ante la Asamblea Nacional que tiene "total confianza" en la Policía francesa, que tiene desplegados hasta 5.500 agentes en las calles de la capital.

Por el momento, la Policía francesa ha detenido a 23 personas en París y ha realizado hasta 10.000 controles al margen de la manifestación, que ha transcurrido con normalidad, aunque ha habido algunos incidentes, ha informado el diario 'Le Figaro'.

Las protestas también se han producido en otras ciudades en Francia, como en Lyon, donde la Policía ha tenido que dispersar a los manifestantes -- hasta 12.500, según cifras de la prefectura-- con gases lacrimógenos y cañones de agua.

Según el último recuento de las autoridades francesas, 740.000 manifestantes se han manifestado este martes en toda Francia en puntos como Rennes, Nantes, Niza o Saint Nazaire, donde las cifras de participación también han descendido, según ha informado TF1 Info.

Los sindicatos plantean una mediación, pero Mactron no la ve necesaria

Los principales sindicatos franceses han propuesto al Gobierno una "mediación" para tratar de acercar posturas en relación a la reforma de las pensiones, si bien el Ejecutivo se ha apresurado a reaccionar para matizar que "no es obligatorio" que haya intermediarios entre las dos partes para hablar.

Coincidiendo con la décima jornada de huelgas contra la reforma, el secretario general de la Confederación general del trabajo (CGT), Philippe Martinez, ha planteado "suspender" los aspectos considerados más lesivos de la nueva ley, entre ellos el retraso de 62 a 64 años de la edad de jubilación, y "nombrar una mediación".

Así lo han rubricado este mismo martes las organizaciones de los trabajadores en una reunión, de la que saldrá un escrito dirigido al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y en el que se ofrecerá de manera directa un nuevo formato de diálogo para tratar de calmar los ánimos tras dos meses de movilizaciones prácticamente constantes en la calle.

Sin embargo, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, ya ha adelantado en rueda de prensa que no ve necesario que haya intermediarios, porque "se puede hablar directamente". En este sentido, ha explicado que Macron está "dispuesto a recibir" a los líderes sindicales una vez se haya pronunciado el Consejo Constitucional sobre la reforma.

Verán ha aprovechado también para condenar de nuevo la "violencia ilegítima y peligrosa" asociada a la ola de protestas, que se han recrudecido a raíz de la decisión del Gobierno de forzar la aprobación parlamentaria de la reforma, que según los sondeos cuenta con un rechazo mayoritario entre los ciudadanos.

De hecho, la polémica está pasando factura directamente a la imagen de Macron, que sigue en caída libre. Según un sondeo difundido este martes por RTL, sólo un 28 por ciento de los ciudadanos tienen una buena opinión del mandatario, un dato que se acerca ya a la popularidad mínima durante el pico de las protestas de los 'chalecos amarillos' en 2018, cuando se desplomó al 26 por ciento.