El líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, fallecía el 23 de agosto tras estrellarse el avión privado en el que viajaba en la región rusa de Tver sin supervivientes. La autoridad de aviación rusa, Rossaviatsia, confirmó que el jefe del ejército de mercenarios, que figuraba en la lista de pasajeros, iba a bordo del avión que volaba a Moscú desde San Petersburgo.

Precisamente, pocos días antes Prigozhin reaparecía por primera vez en vídeo desde el fallido motín del 24 de junio contra el Kremlin y sugería que se encontraba en el continente africano para que Rusia fuese “aún más grande en todos los continentes” y que África fuese “aún más libre". En la grabación, aseguraba que estaba en África para reclutar hombres que quisieran trabajar para Wagner en ese continente. "Wagner hace a Rusia aún más grande en todos los continentes, y a África más libre. Justicia y felicidad para el pueblo africano, estamos haciendo la vida una pesadilla para ISIS y Al-Qaeda y otros bandidos", decía Prigozhin en la grabación.

Tras la muerte del oligarca que hacía las veces de cara visible del grupo, la opinión pública se preguntaba cuál sería el futuro de Wagner y de qué manera el fallecimiento de Prigozhin podría afectar las operaciones rusas en Ucrania, ya que se abría una clara etapa de vacío de poder. Tras la muerte de su líder, el portavoz de la Guardia de Fronteras de Ucrania, Andrí Demchenko, confirmó que la mayoría de los mercenarios de Wagner que se encontraban en Bielorrusia estaban abandonando ese país y que se estaban dirigiendo a combatir de nuevo en el este de Ucrania, específicamente a Bajmut. Otros se encontraban viajando a África, siguiendo la estela del fallecido, pero, de acuerdo con la agencia EFE, el núcleo de Wagner se habría afiliado a las compañías mercenarias Redut y Cuerpo de Voluntarios, ambos ligados al Ministerio de Defensa ruso.

De hecho, las últimas informaciones apuntan a que Vladímir Putin, ha reclamado a un alto cargo del Grupo Wagner que forme "unidades de voluntarios" para llevar a cabo "misiones de combate" en el marco de la invasión de Ucrania. El alto cargo en cuestión es Andrei Troshev, un antiguo comandante del grupo de mercenarios. Además, los servicios de Inteligencia de Reino Unido han indicado que “cientos de combatientes anteriormente relacionados con el Grupo Wagner” habrían empezado a desplegarse otra vez en territorio ucraniano, donde combaten “para diversas unidades prorrusas”.

“Durante las últimas semanas, cientos de combatientes anteriormente relacionados con la empresa militar privada Grupo Wagner han empezado probablemente a redesplegarse en Ucrania como individuos y en pequeños grupos”, dicen las fuentes británicas. “El estatus exacto del personal que está siendo redesplegado no está claro, pero es probable que hayan sido transferidos a partes de las fuerzas oficiales del Ministerio de Defensa y otras empresas militares privadas”, han subrayado, según un comunicado publicado por el Ministerio de Defensa británico a través de su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.

Por último, han apuntado a la existencia de “múltiples informes” que “sugieren una concentración de veteranos del Grupo Wagner en los alrededores de Bajmut”. “Su experiencia está particularmente solicitada en este sector. Muchos estarán familiarizados con la línea de frente y las tácticas locales ucranianas, habiendo combatido por este mismo terreno durante el último invierno”, señalan desde Reino Unido.

El Kremlin demuestra, por tanto, que ha recuperado el control del grupo meses después del motín con el que el oligarca, muerto en un accidente aéreo, desafió al poder de Vladímir Putin. Sin embargo, está por ver cómo de cerradas se encuentran las grietas que se abrieron en el seno del Kremlin tras la frustrada rebelión de los mercenarios del pasado verano que tanto debilitó la imagen del presidente ruso.