Los niveles de estrés aumentan en el continente asiático. La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán ha disparado la tensión entre las dos principales potencias. Pekín, destructores e incursiones en espacio aéreo taiwanés aparte, ha amenazado directamente a Washington. “Quien ofenda a China será castigado”, ha proclamado el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, al tiempo que calificaba el viaje de la congresista demócrata como una “completa farsa”.

El Gobierno de Xi Jingpin ha endurecido su discurso contra Estados Unidos. “Aquellos que juegan con fuego no terminarán bien y los que ofendan a China deben ser castigados”, ha advertido Wang desde Nom Pen, capital de Camboya, donde ha participado en un cónclave de ministros de Exteriores de las Asociaciones del Sudeste Asiático.

En este sentido, el responsable de Exteriores chino ha señalado a Estados Unidos por “violar la soberanía china bajo el disfraz de democracia”, advirtiendo de que, aunque Taiwán busque sustento en Washington, “no cambiará el consenso internacional de que solo existe una China en el mundo”.

Aquellos que juegan con fuego no terminarán bien y los que ofendan a China deben ser castigados

Así, ha hecho hincapié en que "no importa cómo Estados Unidos apoye o entre en connivencia con las fuerzas de la 'independencia de Taiwán', porque todo será en vano". "Estados Unidos sólo acumulará más historial de grosera interferencia en los asuntos internos de otros países", ha señalado, al tiempo que ha argüido que "la cuestión de Taiwán surgió cuando el país era débil y estaba en estado caótico y terminará con el rejuvenecimiento nacional".

"Estados Unidos no debe fantasear con socavar el desarrollo y la revitalización de China", ha subrayado el ministro de Exteriores chino, que ha incidido en que Pekín "ha encontrado un camino de desarrollo correcto, en línea con sus condiciones nacionales". "Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh), 1.400 millones de chinos están avanzando hacia una modernización al estilo chino", ha destacado.

Por ello, ha manifestado que el Gobierno chino "pone el desarrollo del país y la nación como base de su propia fuerza" y "desea coexistir de forma pacífica y desarrollarse junto a otros países", antes de advertir de que "nunca se permitirá a otro país socavar la estabilidad y el desarrollo de China".

"Provocar problemas en torno a la cuestión de Taiwán es un intento de aplazar el desarrollo de China y minar el ascenso pacífico de China, lo que será totalmente inútil y llevará a un fracaso total", ha dicho Wang, que ha reiterado que "Estados Unidos no debe fantasear con manipular los juegos geopolíticos".

"La búsqueda de la paz, la estabilidad, el desarrollo y la cooperación mutuamente beneficiosa son aspiraciones comunes de los países regionales. Introducir la cuestión de Taiwán en la estrategia regional de Estados Unidos, lo que eleva las tensiones y azuza la confrontación, va contra la tendencia regional de desarrollo y las expectativas de los pueblos en Asia-Pacífico", ha argumentado.