La Eurocámara ha cesado a la exvicepresidenta Eva Kaili, imputada por el caso conocido como Qatargate, según el cual varios miembros del Parlamento Europeo habrían aceptado dinero y regalos del país del Golfo

El Mundial de fútbol que se disputa en territorio qatarí ha sacudido buena parte del planeta al pasar a primera plana la restricción de derechos que se da en el lugar en el que se está desarrollando la cita del deporte rey. A pesar de ello, a priori nada o poco tiene que ver la política europeísta con los hechos que allí acontecen. Al menos, en lo deportivo. Todo lo que tiene que ver con los derechos humanos ya es otro cantar y sobre ello hay muchos que exigen una férrea condena.

Sin embargo, se ha ido descubriendo que miembros de la Cámara Europea y Qatar mantienen vínculos estrechos, tal y como se destapó el pasado viernes, cuando se encontraría en Kaili una de las caras visibles del escándalo que ya está en boca de todo el mundo y que ha provocado la destitución de la que fuera responsable segunda del hemiciclo.

La intención de ella y quienes han seguido los mismos derroteros a través de las relaciones mantenidas con el enclave del Golfo era claro: mejorar la imagen de Qatar en Bruselas y que desde Oriente Medio pudieran influir en las decisiones “políticas y económicas” del órgano de nuestro continente.

Sin embargo, las cosas no están saliendo según lo previsto para quienes han formado parte de la trama, empezando por la propia exparlamentaria griega, que ha sido despojada de sus funciones tras una apabullante victoria (625 votos a favor de los 628 que se han emitido). Dos abstenciones y un único voto en contra, el del eurodiputado croata Mislav Kolakušić, no han podido cambiar de rumbo lo inevitable.

La decisión de qué hacer con la persona que estaba al mando de lo que ocurría entre el territorio qatarí y Europa se llevó a cabo en el mismo día de ayer, por unanimidad y conferencia de los presidentes mediante. La líder de la Eurocámara, Roberta Metsola, reconoció su enfado y su tristeza a la vez que aseguraba que había sido “uno de los días más largos” de su carrera.

No solamente Kaili

El de este martes parece solamente el primer paso de lo que ahora se puede venir, y es que el órgano de la Unión ha anunciado una investigación interna y una revisión de las normas, aunque hay voces que piden que la misma se haga desde afuera del Parlamento para garantizar la imparcialidad. La preocupación se ha dejado ver también en que han aumentado las peticiones para establecer un órgano de control de ética para todas las instituciones europeas, algo que las ONG y algunos diputados llevan reclamando desde tiempo inmemorables

Kaili no ha sido la única persona salpicada por el caso de corrupción del que se le ha imputado. El padre y la pareja de la vicepresidenta griega también están en el foco de la Justicia después de que al primero se le pillase tratando de huir con una maleta con 600.000 euros.

Se han visto asimismo salpicados otros miembros del Parlamento que nada tienen que ver con Kaili en lo personal. Así las cosas, las presiones recaen ahora especialmente sobre el italiano Pier Antonio Panzeri, Luca Visentini, presidente de la Confederación Internacional de Sindicatos, o el eurodiputado belga Marc Tarabella, entre otros. En total, cuatro personas han sido detenidas y 16 registradas; entre ellas la propia vicepresidenta, en cuya vivienda se encontraron bolsas por valor de 150.000 euros en efectivo.