La XXVII Cumbre del Clima organizada por Naciones Unidas (COP27), y que se celebra este año en Sharm-El Sheik (Egipto), continúa su ronda de acuerdos, intervenciones y compromisos de líderes internacionales que velan por el bienestar del planeta teniendo como telón de fondo los inminentes efectos del cambio climático. Este viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado la palabra para poner el foco en las energías limpias y en la responsabilidad con el futuro de todos.

El máximo mandatario de la Casa Blanca ha reconocido que la carrera es a contrarreloj, pero que se “avanza rápidamente” para “evitar el infierno climático” del que ya advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el primer día de la cumbre.

“Tomar las riendas” hoy para preservar el mañana

Sin políticas climáticas ahora, no habrá futuro mañana. “Este progreso lo dirigen jóvenes que sienten la urgencia de la acción climática, están comprometidos y saben lo que está en juego”, ha ensalzado Biden.

Con esta idea en mente, ha urgido en la actuar ahora y no esperar a un escenario en el que ya se haga imposible mediar: “No podemos cruzarnos de brazos y fallar con esta responsabilidad. Tenemos mucho que conseguir, no debemos poner nunca en duda nuestras capacidades. Tomemos las riendas del futuro y consigamos el mundo que deseamos: un planeta conservado para las generaciones venideras, una economía de fuentes energéticas limpias; un mundo más próspero y fuerte para nuestros hijos”, ha esgrimido.

Compromiso con los países vulnerables

El líder estadounidense, rodeado de cientos de dirigentes y diplomáticos procedentes de todos los rincones del planeta, ha dado la llave de la solución a los retos que se presentan por delante: “Una buena política climática es una buena política económica. Es la base más sólida para un crecimiento duradero, resiliente e inclusivo”. Por ello, ha puesto el acento en llevar las medidas más contundentes a los países más vulnerables, tender la mano para confluir en una misma dirección.

De esta manera, Biden ha presentado el Plan ‘Prepare’ “para la adaptación y resiliencia que ayudarán a más de 1.500 millones de personas para luchar contra el cambio climático en distintos países”. “Hoy, como pago inicial, hemos destinado 2.000 millones de dólares para este año. Voy a luchar para que todos nuestros objetivos climáticos tengan financiación”, ha prometido, a la par que ha secundado el apoyo de la potencia norteamericana a la iniciativa de los líderes europeos del G7 para crear el escudo mundial para estas naciones más débiles en aras de actuar con “las pérdidas y daños causados por el clima”.

Haciendo un paréntesis en el motivo que trae la COP27, Biden ha puesto de relieve la escasez de alimentos que está pasando factura a multitud de países por la guerra de Rusia y Ucrania, así como la crisis climática y de precios que asola a Europa: “Rusia no hace más que reforzar la urgencia de la necesidad de pasar de un mundo que dependía de los combustibles fósiles a uno que no. Nadie podrá usar la energía como arma y hacer que la economía global se convierta en rehén”, ha advertido.

Por una energía limpia: reducción de gases invernadero y emisiones de metano

En favor de poner en marcha las primeras normas que provocarán un cambio considerable en la evolución del cambio climático, el presidente de EE.UU ha llamado a que “el mundo entero reduzca progresivamente la producción y consumo de gases invernadero HFC, que pueden ser 1.000 veces más nocivos que el dióxido de carbono”.

“La ciencia es más clara que el agua” y, por ello, Biden también ha presentado una ambiciosa promesa respecto al metano, una decisión tomada al unísono con la Unión Europea: “El metano es 80 veces más potente que el carbono, reducirlo al 30% de aquí al 2030 puede llevarnos a cumplir con el objetivo de 1,5 grados. Lanzamos un plan de reducción de misiones de metano invirtiendo más de 20.000 millones de dólares”, ha anunciado.

Sin naturaleza, el planeta no respira. Preservar el medioambiente en los pulmones de la Tierra como son la selva del Amazonas o los bosques del Congo “son las soluciones de mayor impacto”. “Lo mejor es que no tenemos que crear nuevas tecnologías; los bosques se preservan mejor cuando no se destruyen”, valora Biden, pidiendo así el cese de la deforestación.