En la década de los 60, los fumadores en Australia proliferaban provocando un sinfín de problemas de salud. Estadísticas del organismo Cancer Council of Victoria, institución que vela por los intereses de personas con problemas derivados del cáncer, indicaban que por aquellos años el 58% de los hombres fumaban y el 28% de las mujeres lo mismo, una situación muy distinta a la de otros países de habla inglesa. En Inglaterra y Estados Unidos, por ejemplo, están mucho más concienciados en recortar anuncios publicitarios, lo que ha conseguido que un gran porcentaje de ciudadanos abandonaran el tabaco. En contraposición y a partir de los efectos en otros países anglosajones, las multinacionales multiplicaron sus esfuerzos publicitarios en Australia.

Nigel Gray, contra el poder del tabaco y las multinacionales

En aquella época, el doctor australiano se convirtió en un referente para combatir los anuncios publicitarios que atraían la atención de los fumadores y, sobre todo, de jóvenes entre 13 y 19 años, acostumbrados a ver y oír en medios de difusión que, para llegar a ser un “hombre completo”, era necesario fumar; una observación que también ensalzó el historiador Thomas Kohoe.

Mientras tanto, el doctor Gray ingenió una fórmula haciendo una presentación de cara al público sirviéndose de artistas y comediantes, incluyendo a Fren Parslow, Warren Mitchell y Miriam Karlin quienes ofrecieron su espectáculo sin cobrar un céntimo. Sin embargo, los canales de televisión no hicieron caso de la campaña y siguieron en sus trece  con los anuncios publicitarios de marcas de cigarrillos hasta que el famoso virólogo australiano Sir Frank Macfarlane ganó el premio nobel en el año 1960. Además, recibió en Australia honores al serle concedido el premio como mejor personaje del año. Fue entonces cuando el doctor Grey volvió a la carga para presionar al gobierno de la coalición conservadora aludiendo al famoso hombre del año y sus empeños en el área de la salud con el fin de restringir la publicidad en los canales de televisión.

Primera victoria contra el tabaquismo

En 1972 el recién llegado a la jefatura del Gobierno Gough Whitlam decretó el recorte de anuncios del tabaco en televisión. Fue una de las primeras decisiones que hizo el primer ministro laborista, quien dio tres años para recortar las campañas publicitarias del tabaco en los canales de televisión.

En otro orden de cosas, Whitlam también logró un gran avance en otra rama de la salud estableciendo en 1975 el seguro de enfermedad de Medibank, que dio origen a que todos los australianos tuvieran derecho a la asistencia gratuita en hospitales públicos.

Tras los esfuerzos en periódicos y otros medios de comunicación, familias afectadas por hijos o parientes fumadores con problemas pulmonares se enfrentaron a las multinacionales del tabaco en busca de compensaciones económicas en la década de los 80. Acto seguido comenzó otra campaña antitabaco con fines estratégicos de crear una imagen con hechos y sucesos esclarecedores sobre el daño que causa a los fumadores la nicotina y los gases tóxicos. Los especialistas y organizadores emprendieron la llamada campaign sponge, una esponja que se convirtió en un icono no solo en Australia, sino en todo el mundo.

El método que utilizaron fue escurrir la esponja en un recipiente de vidrio con los gases y productos tóxicos que se depositan en los pulmones de un fumador. Los resultados revelados por los organizadores fueron que mientras algunos se quejaban de dolores de cabeza otros sentían el daño que producían los productos nocivos. A este respecto, y tras los continuos avances que se han hecho en más de medio siglo en el país, éste ha logrado colocarse en buena posición en la lista de territorios que lograron superar muchos de los problemas de adicción al tabaquismo. En el ranking mundial figuran Suecia, Finlandia y Luxemburgo.

Los indígenas australianos superan los niveles de adicción al consumo de tabaco

Estudios estadísticos sostienen que los nativos superan un índice muy superior al resto de la población. En ciudades o zonas comarcales de gran afluencia, el 29% de los aborígenes (11% de los australianos) fuman, mientras que en lugares remotos con escasa población el porcentaje aumenta hasta el 58%.

Según explican fuentes a ElPlural.com, el núcleo de población comienza a fumar en los primeros años de sus vidas. También explican que a medida que crecen, los adultos fuman de manera más social. Esto es, cuando se juntan. Asimismo, el factor de la pobreza también influye a la hora de acostumbrarse al consumo del tabaco. Por último, también les influye el hecho de comenzar sus estudios más tarde.

En ese contexto, este medio se puso en contacto con un maestro de una escuela de Melbourne (que prefirió mantenerse en el anonimato), quien explicó que la Educación es una de las herramientas más importantes para que los nativos puedan avanzar. A continuación, y a otra  pregunta sobre el controvertido tema del referendo, que tendrá lugar entre los meses de octubre y diciembre de este año en el que podrían formar parte de la Constitución y dar a conocer sus inquietudes en el parlamento, el maestro respondió que tener voz en el foro de la cámara de sus señorías no cambiaría nada si no se resuelve antes el tema de la educación.