Alemania encauza su nueva horizonte político tras el pacto entre conservadores y socialdemócratas. El bloque encabezado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) han cerrado este miércoles el acuerdo para poder gobernar juntos en la próxima legislatura, un pacto que llevan varias semanas negociando y que convertirá al democristiano Friedrich Merz en el nuevo canciller de Alemania, tras la retirada de confianza del Parlamento a Olaf Scholz.

Merz ha comparecido este miércoles junto a su socio bávaro, Markus Soeder, y uno de los principales líderes socialdemócratas, Lars Klingbeil, para dar a conocer los detalles de esta nueva alianza, la cual marca el camino hacia "un gobierno capaz de actuar y con fuerza para hacerlo". En este sentido, ha reivindicado que envía una señal "fuerte y clara" tanto a la ciudadanía alemana como al resto de países de la Unión Europea.

"Tenemos ante nosotros un plan sólido con el que podemos hacer avanzar de nuevo juntos a nuestro país", ha destacado el líder democristiano, quien ha apelado a su vez al "centro político" como la única vía para "resolver los problemas" pendientes y abordar retos como el estancamiento económico o el refuerzo de la seguridad.

De esta manera, las tres patas de la coalición aún tienen que refrendar el acuerdo conocido este miércoles, pero Merz confía en poder empezar a trabajar "a principios de mayo". El proceso más complejo lo tiene el SPD, que debe abrir una votación a los afiliados durante al menos diez días.

Reformas migratorias y económicas

La hoja de ruta de la coalición, que viene ya precedida de una histórica reforma para eliminar el freno constitucional a la deuda y aumentar las inversiones en infraestructuras y defensa, incluye un endurecimiento de la normativa para obtener la nacionalidad; medida por la cual se eliminará la posibilidad de convertirse en ciudadano alemán con sólo tres años de residencia en determinados casos.

Y es que cabe remarcar que la política migratoria ya fue uno de los grandes debates de la campaña electoral, con todos los grandes partidos abogando por restringir la llegada de extranjeros. En otro orden de ideas, en el ámbito de Defensa -una de las cuestiones más acuciadas actualmente en el plano de Bruselas junto a los aranceles impuestos por la Administración Trump- se plantea la renovación del servicio militar, que seguirá siendo voluntario.

Las medidas económicas incluyen una reducción de 1.000 millones de euros en programas de ayuda al desarrollo y donaciones a organizaciones internacionales, así como el compromiso de elevar a 15 euros la hora el salario mínimo -ahora está en 12,82 euros-. Las autoridades intentarán además fomentar la vuelta al mercado laboral de los desempleados, sometidos a nuevas reglas de vigilancia.

El regreso de la 'gran coalición'

Alemania vuelve de esta manera a la 'gran coalición' ('Grosse Koalition', por su nombre en alemán), una fórmula que no es nueva pero que, a priori, tanto la CDU como los SPD buscaron descartar en campaña. La aritmética electoral, sin embargo, terminó demostrando que era la única opción para garantizar un Gobierno y al mismo tiempo mantener el cordón sanitario sobre la ultraderecha.

Durante su etapa como canciller, Angela Merkel se sirvió de esta 'gran coalición' en doce de sus 16 años en el poder, en su etapa final con el actual jefe de Gobierno en funciones, Olaf Scholz, como número dos del gabinete. El acuerdo que ahora se ha suscrito, teóricamente, está llamado a durar toda la legislatura, séase, cuatro años de vida. 

Por lo pronto, Scholz ha adelantado que no formará parte del nuevo Consejo de Ministros, aunque se mantendrá como diputado en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán.

El papel de la ultraderecha alemana

Cabe no olvidar que en el tablero político alemán juega un papel relevante Alternativa para Alemania (AfD), formación ultraderechista que, por primera vez, escala a la cabeza de un sondeo de intención de voto.  La AfD, que ya quedó en segundo lugar en las elecciones generales de julio, obtendría ahora el 25% de los votos si volviesen a convocarse elecciones, según un sondeo realizado por Ipsos. Figura un punto por encima del bloque de la CDU y la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera. Por su parte, los socialdemócratas quedan relegados al 15%, mientras que Los Verdes y La Izquierda aparecen empatados en este sondeo con un 11% cada uno.

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