El gobierno húngaro del ultraderechista Viktor Orbán ha aprobado una ley que prohíbe las manifestaciones que reivindican la igualdad y la libertad sexuales, borrando así cualquier rastro del Orgullo LGTBIQ+ en el país. No obstante, no todos los políticos húngaros son seguidistas de estas actuaciones homófobas. Un ejemplo de ello es el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, que ha desafiado al presidente y ha asegurado que habrá un acto reivindicativo por el Orgullo en la capital.
Estaba previsto que el próximo día 28 de junio se celebrase en la capital húngara el desfile del Orgullo, prohibido por la Policía precisamente por la citada legislación nacional. No obstante, el primer edil de Budapest ha promovido una convocatoria alternativa en la que no cumplirá con la exigencia policial ni con las homófobas restricciones nacionales.
La Policía, por su parte, sostiene que si el desfile se celebra, "personas menores de 18 años pueden estar expuestas a conductas prohibidas a nivel legal". El alcalde, de su lado, responde que ese día se va a celebrar un acto organizado por el Ayuntamiento en el que no habrá muestras de sexualidad, camiones ni bailarines, unas palabras acompañadas de una fotografía de un unicornio de colores.
"La jefatura de Policía de Budapest ha prohibido una reunión inexistente, por lo que la prohibición es irrelevante. El Ayuntamiento va a organizar el Festival del Orgullo y la Libertad de Budapest como un evento municipal el 28 de junio. Y punto", ha defendido el alcalde en su perfil de Facebook.
Karácsony es una de las figuras más reacias a comprar los relatos de Orbán. Lidera un partido ecologista y ha promovido la firma de un texto que reivindica la democracia, la igualdad y la tolerancia junto a los alcaldes de Varsovia, Praga y Bratislava. En el mismo sentido, una delegación de políticos de distintos países europeos tienen previsto desplazarse a Budapest el día 28 para asistir al reivindicativo evento, entre ellos la Comisaria de Igualdad y el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun. También estarán presentes antiguos primeros ministros de países como Irlanda o Bélgica.
El debate ha llegado a la UE
Esta prohibición ha llegado a ser objeto de debate en el Parlamento Europeo. La comisaria de igualdad de la UE, Hadja Lahbib, ha criticado en redes sociales la ley aprobada por el Gobierno de Orbán, defendiendo que cualquier "reunión pacífica" es un "derecho fundamental" en el marco de la Unión Europea.
"Apoyamos a la comunidad LGBTQI, tanto en Hungría como en todos los Estados miembros", escribió Lahbib en redes sociales. "El derecho a reunirse pacíficamente es un derecho fundamental que debe defenderse en toda la Unión Europea", agregó.
Por su parte, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, también manifestó este miércoles su rechazo a las prohibiciones. "Nuestra Unión es una Unión de libertad e igualdad en la que todas las personas deberían poder ser quienes son, vivir y amar libremente", dijo la también ex ministra de Transición Ecológica española.
De su lado, el Gobierno húngaro argumenta que el objetivo de medidas como esta es "proteger a los menores de edad de la homosexualidad", lo que le ha granjeado fuertes críticas de la oposición y protestas con bombas de humo de colores del arcoíris en el parlamento, además de la concentración promovida por el alcalde de Budapest.
La norma ha sido propuesta por el partido Fidesz, del primer ministro Viktor Orbán, con el apoyo de los diputados de la extrema derecha. El texto de la enmienda, aprobada con 136 votos a favor, 27 en contra y la ausencia de voto de 36 diputados, señala que se prohíben "las reuniones que promuevan o exhiban el cambio de sexo de nacimiento o la homosexualidad".
Hungría ya está en los tribunales por cuestiones similares
Orbán lleva en el poder húngaro desde 2010, y en estos quince años ha aprobado una serie de leyes criticadas duramente por activistas internacionales por limitar los derechos de las minorías sexuales y de género. De hecho, la Comisión Europea, 16 Estados miembros y el Parlamento Europeo ya han llevado a Budapest a los tribunales por una ley de 2021 que prohíbe la "promoción" de la homosexualidad entre menores, en torno a la cual se basa este reciente intento de prohibir la marcha del Orgullo poniendo como justificación la protección a la infancia.
Asistir a un evento prohibido puede acarrear multas de hasta 200.000 florines húngaros (546 dólares), que el estado debe enviar a la "protección infantil", según el texto de la ley. Además, las autoridades cuentan con la capacidad de utilizar herramientas de reconocimiento facial para identificar a las personas que asistan a un evento prohibido. Los organizadores del evento, que cada año celebra la historia del movimiento LGTBQ+, y está fechado el próximo 28 de junio, han denunciado que su prohibición "no es protección infantil, es fascismo”.