El diputado de UPN Carlos García Adanero decidió el pasado jueves, al igual que Sergio Sayas, rebelarse contra la disciplina de voto de su partido y votar en contra de la Reforma Laboral. 

La actuación de los dos díscolos dejó ojiplático a medio país. Sin embargo, no es la primer vez que este tipo de situaciones se dan en el seno de la formación. En 2008, cuando se votaban los Presupuestos Generales del Estado con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, uno de los dos diputados de UPN quiso saltarse la decisión de su formación. UPN mantenía desde hacía 17 años un pacto con el PP en virtud del cual los populares pedían el voto para los regionalistas en las elecciones de Navarra y estos sumaban su apoyo al PP en el Congreso.

Sin embargo, de cara a aquellos presupuestos, el presidente del partido, Miguel Sanz, exigió a sus parlamentarios que se abstuvieran en la votación y no secundaran la enmienda a la totalidad del PP para así tender puentes con los socialistas navarros de cara a mantener la gobernabilidad tras la irrupción de NaBai como segunda fuerza.

De esta manera, el diputado Santiago Cervera anunció su disconformidad y apeló a su conciencia y el entonces miembro del comité ejecutivo de UPN Carlos García Adanero le recordó que el sentido del voto lo decidían los órganos internos del partido y que ninguno de ellos hubiera sido elegido sin el aval de la formación. “El sentido del voto de los cargos de UPN en todas las instituciones, incluido el Congreso, lo deciden los órganos internos del partido”, resaltó, añadiendo que "tanto los diputados, como los senadores y cualquier otro cargo saben que han sido elegidos por ir en las listas de UPN, están obligados por las decisiones que toman los órganos correspondientes”. Paradojas. Catorce años después es el propio Adanero el que se enfrenta a la dirección del partido en defensa, asegura, de sus convicciones. 

Finalmente, el otro diputado, Carlos Salvador, se abstuvo, y Cervera votó con el PP, lo que le llevó a afrontar un expediente disciplinar para ser expulsado. Antes de ejecutarse la decisión, Cervera abandonó el partido.

De UPN al PP y la historia de la muralla

Cervera terminó en las filas del Partido Popular y en 2012 fue detenido por la Guardia Civil por el caso de las amenazas al expresidente de Caja Navarra, José Antonio Asiaín, a quien exigían 25.000 euros por no revelar información interna de la entidad. El dinero tenía que dejarse en un sobre en una rendija de la muralla de Pamplona y Cervera fue sorprendido por los agentes recogiendo el señuelo.

El exintegrante de UPN explicó entonces que había recibido un correo electrónico con similares instrucciones en el que se le alertaba de que encontraría en ese punto una documentación relevante sobre Caja Navarra. Renunció a su acta de diputado tras su detención y defendió que había sido víctima de una trampa. 

En 2015 fue absuelto, al considerar el magistrado que no se había presentado prueba de cargo suficiente para acreditar la existencia del delito de amenazas.