Con el aterrizaje de Alberto Núñez Feijóo en la cúpula de Génova se esperaba un cambio en las relaciones del Partido Popular con la ultraderecha. Sin embargo, pese a que el nuevo líder y presidente de la Xunta de Galicia se esfuerza por aparentar moderación para ocupar el centro del espectro ideológico, su primera gran decisión fue integrar a Vox en el Gobierno de Castilla y León. Este lunes, Alfonso Fernández Mañueco será investido y formará el primer gobierno desde la Transición que incorporará a miembros de la extrema derecha. El acuerdo se rubricó antes de que el nombramiento de Feijóo fuera oficial, pero a buen seguro que el presidente de la Junta despachó con él durante las conversaciones. En este sentido, Moncloa ha comenzado su estrategia de presión urgiendo a Feijóo articular un frente común junto al PSOE para aislar a la ultraderecha.

En una entrevista en Antena 3, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha instado al líder del PP a seguir el ejemplo de Francia y establecer un cordón sanitario en torno a Vox. Tras los comicios de este domingo en los que Emmanuel Macron se impuso y se medirá en una segunda vuelta a Marine Le Pen, todas las fuerzas moderadas y de izquierdas han solicitado el voto para el presidente galo con el objetivo de evitar un gobierno de la Agrupación Nacional.

Rodríguez ha admitido que el Gobierno está preocupado “por que la extrema derecha ocupe” responsabilidades en el Ejecutivo de Castilla y León. El líder regional de Vox, Juan García Gallardo, será vicepresidente; mientras que Gerardo Dueñas, Gonzalo Santonja y Mariano Veganzones serán los consejeros de Agricultura, Cultura e Industria y Empleo, respectivamente.

A su juicio, tanto el PP como Feijóo "tienen que hacer una reflexión y mirar a la derecha europea que está poniendo cordones democráticos a la extrema derecha mientras que aquí en España está abrazando a la extrema derecha", ha razonado, haciendo referencia al apoyo brindado por la candidata de derecha en Francia, Valérie Pécresse, a Macron de cara a la segunda vuelta.

Rodríguez considera que deberían encenderse “todas las alertas” y que es "un momento oportuno" para que el nuevo PP de Feijóo emprenda "un cambio de rumbo a una derecha centrada como la europea que ponga fin a los avances de la ultraderecha" en España.

La estrategia planteada para excluir a la ultraderecha no es nueva. La abordan Daniel Ziblatt y Steven Levitsky en How democracies die (Cómo mueren las democracias) y la aplican algunos países del entorno europeo como Alemania: un gran consenso de los principales partidos que excluya los extremismos. Además, en los últimos días el líder del PNV, Andoni Ortúzar, ha hecho lo propio.

Grandes consensos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Alberto Núñez Feijóo apenas se han visto una vez desde que fuera nombrado líder del PP y, por ende, de la oposición. Sin embargo, la base para lograr grandes acuerdos es más sólida y estable que con Pablo Casado. Por el momento, no se atisban pactos en política económica, pero si un acercamiento en otras cuestiones. De hecho, se han retomado las conversaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y ambos han abundado en la necesidad de conversar mucho más a menudo, no en vano, Sánchez se ha comprometido a mantener informado de la política exterior.

Así las cosas, Isabel Rodríguez ha asegurado que "el Gobierno va a hacer todo lo posible para que el PP pueda participar de los grandes asuntos de Estado". "Es necesario que volvamos a tener algunos consensos básicos", ha sostenido, mencionando expresamente "el cumplimiento de la Constitución, del que el PP se había alejado por completo en los últimos tiempos". "Nuestra mano está tendida. Deseamos que el PP se sume de nuevo a aquellas cuestiones que son importantes para nuestro país", ha insistido, citando en este caso la reciente reforma laboral y defendiendo que ni los votantes del PP ni "la mayoría de los españoles" entiende que el principal partido de la oposición quedara fuera.