El pasado jueves 10 de marzo el Partido Popular y Vox consumaron su acuerdo para gobernar en Castilla y León. El presidente de la Junta y aspirante a reeditar mandato, Alfonso Fernández Mañueco, con el beneplácito de la futura dirección de Génova, permitió que la extrema derecha entrase en un Ejecutivo por primera vez desde la Transición. Aquel día arrancó una nueva etapa de la derecha española, que ya no esconde que lleva de la mano a la ultraderecha. Tal es su sintonía que en la primera sesión plenaria en el Congreso de los Diputados desde que se anunciara el pacto se han solapado. El martes se debatirán dos mociones consecuencia de interpelaciones urgentes calcadas sobre el masivo salto a la valla de Melilla de los días 2 y 3 de marzo, una registrada por Vox, la otra, por el PP.

Ambas formaciones han pedido explicaciones al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, por lo ocurrido a principios del mes de marzo en la frontera perimetrada por la valla de Melilla. El episodio copó buena parte de los titulares de la prensa y tiempo de radio y televisión por las 2.500 personas que pretendieron entrar en España. Uno de los vídeos más difundidos por redes sociales fue el de un migrante que, al poner un pie en suelo español, fue apaleado por varios agentes en una imagen a todas luces desproporcionada. Según Marlaska se actuó dentro de los márgenes de la proporcionalidad.

Unidas Podemos urgió a Marlaska a explicar la violencia policial, pero las solicitudes de PP y Vox son diametralmente opuestas. Génova pone el foco en la política de Interior para “la prevención y el control” de los “sucesivos asaltos”; mientras que los de Santiago Abascal se centran en “las medidas que va a adoptar el Gobierno para proteger las fronteras españolas en Ceuta y Melilla”.

Mociones a debatir en el Congreso registradas por PP y Vox

Asunto espinoso habida cuenta que, mientras se hace un llamamiento para acoger a los refugiados ucranianos del este de Europa que huyen de la invasión de Rusia, se señala y demoniza a quienes hacen lo propio y escapan de la misera en la frontera africana.

El propio Mañueco avivó la polémica el pasado viernes cuando, durante una rueda de prensa en la que explicó los puntos calientes de su acuerdo con Vox, fue incapaz de explicar el pacto sobre “inmigración ordenada” que rubricó con la ultraderecha. Una periodista le recordó que las autonomías no tenían competencias en esta materia, pero más allá de eso, le insistió en si podría explicar qué significa “inmigración ordenada”. “Es precisamente eso, atender a lo que es el recibir a las personas a las que permite la ley y que pueden venir a nuestro país y a la Unión Europea”.