La reacción es dispar, pero el sentimiento es unánime. En Moncloa y en Ferraz creen que Emiliano García-Page se ha pasado de la raya. Por primera vez, en el fuero del Partido Socialista y del Consejo de Ministros se ha optado por alzar la voz y elevar el tono ante la salida de tiesto del presidente de Castilla-La Mancha, cuyo entorno, tras el terremoto del miércoles, ha intentado aguar el guiso y ha puntualizado a ElPlural.com que el barón autonómico está focalizado en la financiación de la región, al tiempo que niega una conjura en Fitur. No obstante, según las fuentes consultadas por este periódico, Moncloa y PSOE le afean que sus críticas siempre se enmarquen en un contexto orgánico.

Nunca critica a la derecha”, precisan voces autorizadas, que no están dispuestas a enterrar la enésima polémica con el presidente de Castilla-La Mancha. Por primera vez, tanto en el plano orgánico como en el institucional, resortes socialistas han verbalizado en público su enfado con el barón socialista. Es la primera vez que esto ocurre, aunque sí se percibe una doble estrategia. Mientras que en Ferraz se muestran más comedidos, en Moncloa se pronuncian con total contundencia.

En Ferraz ha causado especial malestar que Page coloque al Partido Socialista en el “extrarradio” de la Constitución y en esta ocasión no están dispuestos a pasarlo por alto. “Se ha pasado de la raya”, comentan voces de la cúpula socialista a ElPlural.com, que a su vez contextualizan la postura crítica del jefe del Ejecutivo castellanomanchego. Son conscientes de que su estrategia siempre se ha centralizado en la crítica al secretario general del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tanto en público como en privado, voces de la Ejecutiva Federal han justificado los reproches de su barón autonómico -el único con mayoría absoluta- en la libertad de opinión intrínseca al espíritu de la formación, aunque precisan que ha contrastado siempre con la voz de la militancia.

No obstante, el mensaje es claro desde ambos resortes socialistas. En esta ocasión, por el contexto y la contundencia de sus declaraciones, se ha extralimitado al situar al PSOE en el “extrarradio” constitucional. Estas voces recuerdan que el partido fue un firme impulsor de la Constitución, frente a un PP -Alianza Popular entonces- que incluso torpedeó la aprobación de la ley fundamental en el postfranquismo.

PSOE y Moncloa escenifican en público por primera vez su enfado con Page: "Nunca critica a la derecha"

Con todo, son conscientes de que Page no deja de ser un actor principal en el marco de la negociación para la renovación del modelo de financiación autonómica. Encuadrarían las críticas o presiones en este sentido, pero recuerdan a sotto voce que fue el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo el que rechazó la “mano tendida” del jefe del Ejecutivo para abrir el melón de la financiación.

Dos sectores

Pese al descontento en Ferraz, establecen una línea roja entre lo que suponen las figuras de “los Leguina y los Redondo Terreros” y las de Felipe González y Emiliano García-Page, en este caso. Los socialistas, según fuentes consultadas, consideran a los primeros activos prácticamente “al servicio de la derecha”. En cambio, los segundos responden a figuras institucionales, dado que uno de ellos “preside una autonomía con mayoría absoluta y otro es expresidente”.

No obstante, la crítica orbita en torno a la orientación de sus declaraciones. Ferraz les afea que salgan a la palestra “sólo para criticar al PSOE”. “Nunca critican a la derecha”, resuelven fuentes socialistas a este periódico, que no desdeñan que haya cierto apoyo a sus tesis, pero subrayan que el grueso de los integrantes del partido, ya sean militantes o miembros activos, los ven como una suerte de “traidores”.

No hubo “conjura de Fitur”

El corrillo de Page dio lugar a un ida y vuelta de declaraciones que desde el entorno del presidente autonómico han intentado aplacar. Fuentes próximas al baron socialista niegan que hubiese “ninguna conjura de Fitur” con los líderes territoriales del Partido Popular. La única preocupación del jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, continúan las voces consultadas, es asegurar la financiación para su región, como cualquier otro presidente autonómico. De hecho, subrayan que es una reclamación que tiene su origen en 2014, cuando el Gobierno central, entonces en manos de Mariano Rajoy, se negó a reestudiar el reparto de dinero entre las autonomías del Estado.

El entorno de Page echa agua al guiso y baja el tono para sofocar el incendio originado este pasado miércoles, después de que un micrófono captase las conversaciones del presidente autonómico con sus homólogos de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón; la Región de Murcia, Fernando López Miras; y de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla. Todos ellos del Partido Popular. Las fuentes consultadas por este periódico percuten en que la conversación transcurrió en el ámbito de la financiación territorial y precisan que, en caso de que los presidentes de la Comunidad Valenciana y Andalucía hubiesen sido Ximo Puig o Susana Díaz, la reunión hubiera sido con ellos de igual modo.

El equipo de García-Page entiende que “todo se saca de quicio” últimamente e inciden en que defendió un modelo más provechoso para su autonomía frente al que proponen regiones como Andalucía o Comunidad Valenciana. La vía que defiende Castilla-La Mancha cree, junto a otras comunidades como Galicia o Castilla y León, que éste les perjudica al no concebirse en función de los habitantes.

En el corrillo con sus homólogos, Page deslizó que el PSOE estaba a punto de “extraditarle”. Una declaración que generó aun más revuelo, aunque desde su entorno lo enmarcan en una “broma” que teñía la conversación de un tono más “informal”.