Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, continúa su camino electoral anunciando medidas estrella que ya están vigentes. A la creación de un foro empresarial que ya se refleja en una norma votada por el PP esta legislatura, el autoerigido derogador de leyes y fulminador de Ministerios suma esta semana una propuesta ya aprobada y desarrollada por el Ministerio de Igualdad. Una semana plagada de advertencias de retroceso en derechos y de cargas duras contra todo aquello que haya salido de este Gobierno, focalizadas especialmente en Irene Montero, que concluye con el plagio de una medida impulsada por la ministra: la gratuidad de la educación de 0 a 3 años.

Jaleado por su fiel portavoz de campaña, Borja Sémper, contrario a “hablar de menstruación”, el líder de los populares ha anunciado que acabará con el Ministerio de Igualdad por la sólida razón de que cuando formó parte del Gobierno de Aznar, entre 1996 y el 2000, no existía y era una “subdirección general”. Dos días después de asegurar que “no estamos para esto”, en referencia al Ministerio de Montero, un aire feminista ha entrado por las ventanas de Génova y han empujado al PP ha anunciar a bombo y platillo una medida ya desarrollada por Igualdad y de la que hace un año el PP señalaba “no nos parece acertado”.

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“Esta medida es fundamental”, ha exclamado Sémper sobre la gratuidad de la educación de 0 a 3 años. Ahora la conciliación y los más pequeños preocupan a la derecha española, algo que el 13 de marzo de 2022, cuando el Ministerio de Igualdad destinó 20.000 millones de euros para que, entre otras cosas, “el Estado se haga corresponsable de los cuidados, como las escuelas infantiles de 0 a 3 años” les pareció un despilfarro y llamaron a “redirigir” los fondos a bajar impuestos.

Tampoco les parecía prioritario hace escasos diez días cuando, 24 horas después de las elecciones, fecha retrasada a conciencia, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, dejó sin plaza pública en las escuelas infantiles de la capital a 10.000 niños de 0 a 3 años. Quizá se deba en este caso a que las plazas eran de naturaleza pública, ya que, la presidenta de la Comunidad que alberga la capital, Isabel Díaz Ayuso, ha impulsado las becas para ricos que ingresen más de 100.000 euros.

De querer derogar hasta el amanecer a plantear una propuesta que, mira tú, ya se está haciendo

Lo cierto es que, más allá de una propuesta electoral que promete algo que ya se está desarrollando por el actual Gobierno y que desde la derecha se atacó frontalmente, el PP no ha desarrollado autonómicamente ni ha apoyado en el Congreso de los Diputados ninguna medida pensada en la conciliación de las familias trabajadoras que no pueden permitirse servicios privados. Contrarios a la gratuidad de la educación de 0 a 3 años en 2022, críticos con el aumento de la cantidad destinada a becas públicas y, mientras, otorgando ayudas a las familias con más ingresos. Esas han sido las posiciones que, en la realidad tangible, ha asumido el Partido Popular.

Por el contrario, el Gobierno de coalición lleva incentivando la gratuidad de la educación de 0 a 3 años desde incluso antes de la partida de 20.000 millones. Ya en 2021, el Consejo de Ministros aprobó la distribución 200 millones de euros entre comunidades autónomas para impulsar esta escolarización a petición del Ministerio de Educación. La importancia es tal que se contempla como un componente, el 21, del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia. Este viernes, Pilar Alegría, ministra de Educación, se lo ha recordado a Feijóo.

“De querer derogar hasta el amanecer a plantear por fin una propuesta que, mira tú por dónde, ya se está haciendo”, ha ironizado Alegría. Un total de 671 millones, tras ir ampliándose los 200 iniciales, se han destinado desde Educación a la escolarización de 0 a 3 años durante la legislatura, 65.000 plazas públicas y gratuitas. “Poco a poco hasta la incoherencia final”, ha lamentado la titular de Educación, que ve como el PP propone ahora algo de lo que se posicionó en contra.

Guerra contra la Igualdad

"Los problemas reales de las mujeres con políticas sensatas, no con pancartas", desprestigiaba hace tan solo dos días el moderado Borja Sémper al movimiento feminista. "El nuevo gobierno tendrá políticas de igualdad, que sea a través de un ministerio o una secretaría de Estado no es lo relevante", añadía, como si de verdad la diferencia no fuese importante. El país “no necesita ministerios que nos hablen de la menstruación o de las prácticas sexuales”, asegura la mano derecha de Feijóo, que se sube al carro del retroceso.

La línea marcada por Feijóo en materia de igualdad está clara y, por si existí alguna duda, el líder popilar ha disparado contra más colectivos. “Es más fácil cambiarse de sexo que sacarse el carné de conducir”, espetaba Feijóo pocos minutos después de anunciar todas sus derogaciones. Con un poco más de carrerilla, decía también cargar contra la ley Trans por “atentar contra los menores, padres, médicos, colectivos feministas”. Este posicionamiento ni siquiera es original y el desterrado Pablo Casado ya defendió durante su accidentado mandato la eliminación del Ministerio de Igualdad. Si bien el antiguo líder hablaba de un “feminismo liberal”, no se sabe muy bien que quería decir, y la cúpula actual ha recuperado el tabú.

Es un nuevo intento de disciplinar al movimiento feminista y LGTBI que está a la vanguardia del avance de derechos en todo el mundo. A quienes nos dicen ‘habéis llegado demasiado lejos’ debemos recordarles que nosotras y las que vinieron antes llevamos demasiado tiempo esperando y luchando, esto no ha hecho más que empezar”. Así ha resumido Irene Montero la estrategia del PP que, contrario a la ONU y a todas las organizaciones internacionales que posicionan a España como uno de los países más avanzados en materias de derechos feministas y de diversos colectivos, temeroso de los avances prefiere volver al pasado.