José Luis Rodríguez Zapatero y María Jesús Montero han puesto la guinda a los actos de esta jornada del sábado en el 41º Congreso Federal. Una charla en la que el expresidente del Gobierno ha ofrecido un recetario para combatir la estrategia del bulo y la desinformación de una “derecha histérica” porque el camino de los tribunales es su único trampolín hacia la recuperación del poder. Precisamente, la vicepresidenta del Ejecutivo advertía de esta vía alternativa durante esta charla, acusando a conservadores y ultraderechistas de “fabricar noticias falsas” cuyo cauce conduce a un tribunal para que les obligue a citar a cargos para “hacer el paseíllo” ante la Justicia.

Un clásico en el manual del buen conservador que no sólo se está reproduciendo en España, sino que se expande por todo el mundo contaminando a todas y cada una de las democracias. Estados Unidos ha sido buen ejemplo de ello y sobre las presidenciales norteamericanas han reflexionado tanto Montero como Zapatero, en un intento por detectar las fallas del discurso Demócrata que ha entregado en bandeja la Casa Blanca a un agitador como el candidato republicano y presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

De hecho, tomando el molde americano, ha confeccionado una serie de ideas para amortiguar las maniobras en la sombra de lo que ya en tiempos calificó Sánchez como “internacional ultraderechista”. El que fuera jefe del Ejecutivo, al margen de identificar la postura errática de la Administración Biden con la “masacre de Israel”, entiende que el presidente saliente jugó la carta de la imitación para ver quién controlaba mejor la inmigración; lo cual no debe siquiera plantearse por parte de un progresista. “Sólo con convicción y prudencia se gana”, deslizaba el expresidente del Gobierno.

Por ello, se ha retrotraído a los primeros años del siglo XXI, en los que fue víctima de una “conspiración” similar. También con los mismos actores. Una campaña de desinformación “no tan grave” como las que sufre el presidente del Gobierno, pero igualmente difícil de neutralizar. Por ello, ha deslizado que en este ejercicio de “fake news”, el “mayor de la historia de España”, fue el del 11 de marzo, promovido por el Ejecutivo de Aznar, que perdería las elecciones tres días después de los atentados de Atocha en favor de Rodríguez Zapatero. En aquellos momentos apostó por la “contención y la paciencia en defensa de la verdad”. Y funcionó, tal y como puntualizó.

Aun así, el expresidente ha denunciado que Sánchez es el presidente que más ataques ha recibido “sin fundamento”. "Me parece insólito", ha acotado, al tiempo que ha censurado a quienes lo visten como una figura autoritaria. “Pero si tenemos una libertad de expresión en este país sin límites. Si es que uno va a las redes y dicen de todo al Gobierno. Nunca ha habido más libertad de expresión que ahora, con este Gobierno”, ha rematado.

El método de la derecha

Junto al expresidente del Gobierno ha estado la vicepresidenta primera del Ejecutivo actual. María Jesús Montero, que durante todo el fin de semana ha avivado la llama del argumentario contra el lawfare. En este sentido, ha advertido de las técnicas de “fabricación de noticias falsas” que se introducen en el cauce legal hasta provocar el “paseíllo judicial” los “enemigos”, porque, según apostilla, la derecha deshumaniza al adversario hasta cosificarlo por completo. "La famosa condena de telediario, que siempre hemos hablado en algunos momentos y que hace que las cosas tengan apariencia de veracidad", ha agregado la vicesecretaria general del PSOE.

En este contexto, la 'número dos' del PSOE ha denunciado que estas "noticias falsas" hacen pasar de la mentira "a una apariencia de veracidad utilizando a las instituciones judiciales ocupándola en temas que van solo y exclusivamente a intentar machacar al contrario". Al hilo, Montero ha acusado al PP de intentar "deshumanizar" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertando de que este proyecto le recuerda "a lo que se hace permanentemente en los regímenes autocráticos".

"Cuando tú quieres ir contra un colectivo, contra un Gobierno, contra una ideología, que es cosificarla al punto de que todo aquel que la ataque no sienta ningún tipo ni de malestar, ni de rencor, ni de nada que no sea justamente leña al mono, que es de lo que se trata para que esa persona psicológicamente también se resienta de ese ataque", ha añadido.

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