Derecho a la intimidad
La juez ha tomado esta decisión urgente para preservar el derecho a la intimidad del Duque y de su esposa, la Infanta Cristina, que fue imputada en la causa pocos días después de que la defensa de Torres aportase una nueva remesa de correos electrónicos entre Urdangarin y la hija del Rey.
La petición de medidas cautelares de Urdangarin se dirige contra las empresas responsables de dos diarios (El Mundo y El Economista); un portal de noticias (El Semanal Digital); tres revistas (Semana, Vanitatis y Pronto); y una televisión (Telecinco), además del propio Torres.
La jueza ha argumentado que la información de la vida privada del duque es irrelevante en el caso Nóos y subraya que tiene cuatro hijos menores de edad a los que la difusión de estas informaciones puede causar "graves prejuicios".
Censura previa
Esta polémica, sin duda, decisión judicial, apunta una vez más a que la justicia no es igual para todos. Por supuesto que Urdangarin tiene derecho a su vida privada pero da la casualidad de que si se habla de él es porque está acusado de forrarse con dinero público valiéndose, además, de su condición de yerno del Rey, como sospecha el juez instructor. El Mundo, por ejemplo, uno de los medios amenazados han incluso editorializado con este asunto, negándose a seguirle el juego a Torres publicando correos íntimos que nada aportan al caso. ¿A que responden entonces estas medidas cautelares? ¿Pretenden acallar a los medios a golpe de censura previa?